Así lo aseguró Liliam Prytz Nilsson, directora del Instituto de Políticas Lingüísticas, en diálogo con Radio Up 95.5. Además, destacó que muchos de los miembros de las comunidades ya se han incorporado al mundo profesional y laboral moderno, tras casi medio siglo de la inserción de la educación en las distintas comunidades.
Prytz Nilsson dialogó con Radio Up 95.5 y brindó detalles de cómo se desarrolla la actividad en el interior de la provincia. “Nosotros hacemos un cálculo estadístico de la cantidad de comunidades, cantidad de ellas con escuelas y cantidad de docentes indígenas, sobre todo porque son los que dan inicio a la gestión de una nueva unidad educativa”, comentó Nilsson en relación al número actual de estudiantes indígenas.
Según señaló, actualmente, “hay 132 comunidades inscriptas, de las cuales 114 tienen o hicieron el pedido de apertura de una unidad educativa. Esa unidad, funciona en el territorio de las comunidades, donde está asentada la población”.
Además, Nilsson explicó que el proceso para establecer una nueva unidad educativa “se inicia con una asamblea de la misma comunidad que designa a alguien que va a ser responsable de impartir las clases a un grupo de niños, ya que son monolingües los mbya guaraní”.
“Generalmente hay maestros que se acercan a alguna escuela cercana y solicitan colaboración, por lo que es un proceso administrativo bastante complejo”, añadió.
Vale la pena destacar que la educación en misiones para el pueblo en Mbya guaraní data aproximadamente desde 1978.
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Nilsson resaltó que, históricamente, “desde que en la provincia se sancionó la Ley General de Educación, se contempla un capítulo que es un régimen especial para la educación indígena, donde se introduce la figura de un auxiliar indígena para el maestro no indígena”.
Según explicó, “un maestro, lo primero que solicita cuando llega a estas unidades educativas es que alguien haga el traductor”.
Sin embargo, resaltó que esa persona “no debería cumplir la función de traductor ni de intérprete porque los convenios internacionales establecen que hay que preservar la lengua de cultura y cosmovisión, por lo que el rol va mucho más allá de hacer intérprete”.
De igual manera, estableció que la figura del intérprete “lo definen las comunidades” y actualmente debe haber pasado por una escuela del sistema educativo formal.
Luego de casi medio siglo de educación para las comunidades indígenas, en la actualidad, muchos ya se han abierto camino en el mundo laboral moderno, según lo destacó Nilsson.
“Actualmente, hay maestros, profesores de educación física, letras, asistentes sociales, comunicadores sociales, antropólogos y muchos que están cursando la formación docente para el nivel inicial o primaria”, comentó.
“Lo importante de todo esto es además saber que ellos estudian para su pueblo, no importa la profesión”, completó.