Desde la década del 50, en plena guerra fría y a partir de un conflicto bélico, la península coreana se vio dividida en 2, por un lado, los del norte, fuertemente influenciada por el comunismo soviético y por el otro lado el sur, símbolo del capitalismo estadounidense alojado en el lejano oriente. La paz no se ha firmado hasta nuestros días y la región hasta nuestros días vive inmersa en la incertidumbre absoluta. No siendo esto suficiente, el presidente surcoreano ha decretado la ley marcial.
Históricamente, Corea del Sur ha sido gobernada por gobiernos autoritarios y conservadores, y sus eternos antagonistas han sido los partidos de centro izquierda. El día lunes, el presidente Yoon Suk Yeol decretó la ley marcial, según sus declaraciones “para aplacar la insurrección comunista” que, según él, se llevaba a cabo en la Asamblea Nacional, el poder legislativo de Corea del Sur. Esta decisión generó un descontento absoluto de gran parte de la población.
Debemos tener en cuenta que la mayoría de la Asamblea Nacional le pertenece a la oposición, es por esto que el gobierno se encuentra en una posición extremadamente delicada. Debemos aclarar que esta es la décima vez que Corea del Sur se encuentra bajo ley marcial, ante cualquier movimiento sospechoso de la oposición, los gobiernos conservadores no titubean en imponer el áspero brazo del estado. Mas allá de que la medida es polémica y tal vez excesiva, la constante amenaza de sus vecinos norcoreanos los lleva a un nivel de paranoia que para nosotros es muy difícil de comprender. En las ultimas horas, el presidente anuló la ley marcial, y la oposición, “oliendo sangre” pisó el acelerador y realizó un pedido formal de destitución contra el presidente. Dicho proceso deberá ser aceptado por una mayoría calificada (dos tercios de la Asamblea Nacional) y además deberá ser avalada por 6 de los 9 miembros de la Corte de Constitucionalidad. En estos momentos, la oposición apuesta fuertemente por la renuncia del presidente, incentivando cada vez más las manifestaciones populares, arrastrando al gobierno hacia un punto de no retorno. De ser destituido el presidente, el actual primer ministro Han Duck-soo ocupará su lugar.
Teniendo en cuenta que la actualidad en el lejano oriente se encuentra en un momento mas que complejo ya que, Corea del Norte ha enviado tropas a Ucrania en claro apoyo a Rusia, su histórico aliado; por otro lado, se encuentra China, que constantemente amenaza la integridad del territorio taiwanés. La estabilidad pende de un hilo cada vez mas delgado. Esta inestabilidad política acaecida en Corea del Sur suma una crisis mas a la región y siembra aun mas incertidumbre en lo que podrá suceder en un futuro tanto próximo como lejano. Todo esto bajo la atenta y vigilante mirada de Estados Unidos que dicho sea de paso, se encuentra en un proceso de transición, aguardando la llegada del flamante presidente, Donald Trump.
Matías Lezcano..