Como es de común conocimiento, la gastronomía mexicana, sabrosa como pocas, se caracteriza por ese ingrediente que es capaz de sonrojar a mas de uno, y esta vez no es por el tequila, es por el picante. El tema que hoy les traigo a la mesa, despierta más polémicas que el mismísimo chile habanero, esto es, la reforma judicial que se pretende llevar a cabo en ese hermoso país llamado México.
La propuesta nace dentro de un contexto en el cual el gobierno del presidente López Obrador cuenta con la mayoría suficiente como para lograr sus cometidos. Esta vez es el turno de uno de los sectores mas independientes con el que cuenta o debe contar un Estado, este es el Poder Judicial. Sin embargo, y como todo gobierno de centro izquierda o del tipo populista, su objetivo se centra en hacerse del poder en todos sus formas e instituciones, cualquier imagen o semejanza con nuestro país NO son mera coincidencia.
La reforma propuesta por el Poder Ejecutivo cuenta con dos puntos mas que polémicos, uno de ellos es la elección popular de los jueces, esto significa que, la ciudadanía elija a los jueces que deberán cubrir puestos vacantes. Hasta ahora la elección de los magistrados se lleva a cabo de forma similar a nuestro país, son electos en conjunto por el Poder Ejecutivo y parte del Poder Legislativo. El simple hecho de que el poder para elegir a aquellos magistrados para ocupar cargos del Poder judicial recaiga sobre la sociedad, puede llegar a ser una estrategia perfecta para aquel partido o frente político que cuente con mayorías en los poderes ejecutivo y legislativo ya que tranquilamente podrán amañar las elecciones para que los candidatos electos sean los que ellos quieren.
MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional), el frente político al cual pertenecen tanto el presidente López Obrador y la presidente electa Claudia Scheinbaum Pardo, cuenta con una amplia mayoría en el Congreso, eso indica que la reforma planteada, probablemente sea aprobada. Además de este punto, la reforma propone que, las personas arrestadas por hechos delictivos sean inmediatamente puestos bajo arresto, sin posibilidad de que sea imputado y recupere su libertad, esto claramente atenta contra la presunción de inocencia, punto sumamente importante en el ámbito del derecho.
Si bien dicha reforma provocó un sinfín de críticas por parte de magistrados, fiscales y abogados, también repercutió en los dos socios comerciales más importantes de México; sus vecinos Canadá y Estados Unidos. Ambos países pusieron el grito en el cielo sosteniendo que dicha reforma provocaría una gran incertidumbre a los potenciales inversores que pretendan apostar en el gigante azteca. Es de común conocimiento que con los gigantes del norte se puede jugar a la política por un tiempo indeterminado y ellos harán la vista gorda y silbando a lo lejos, pero una vez que visualizan que sus intereses monetarios pueden correr algún tipo de riesgo, son capaces de armar cualquier tipo de maniobras con tal de que sus bolsillos sigan rebosando.
Esto no cayó nada bien en el gobierno mexicano, y decidieron “pausar” sus relaciones bilaterales con ambos países (vaya a saber que significa esto), lo cierto es que por el momento las tensiones están en su punto más álgido. Sin embargo, el capricho del presidente sigue adelante y ya sea por impericia o ineptitud, pondrán en riesgo relaciones comerciales vitales para la subsistencia de una economía mexicana que no se encuentra en su mejor momento. Por lo general, los caprichos populistas no terminan muy bien, solo tiempo decidirá la suerte de un país que por el momento decidió darle a MORENA el poder político casi absoluto, con todo lo que eso significa.
Matías Lezcano…