Es de común conocimiento que Canadá es considerado como uno de los países con mejor calidad de vida. La educación, la seguridad, los altos salarios y el clima variado hacen que dicho país sea uno de los mas solicitados por los migrantes.
Sin embargo, en estos últimos días se vio envuelto en un conflicto que, si se quiere, lo tiene como un protagonista casi indirecto. El asesinato de un líder Sij ha provocado un conflicto diplomático que pone en jaque la cordialidad diplomática canadiense, nada más y nada menos que con la India.
La religión Sij, es una religión que se practica mayormente dentro de la India, es una religión monoteísta y cuya esencia se basa en la libertad y en el respeto por todos los seres vivos. Por darles un ejemplo, los sijs no se cortan el cabello, en el caso de los hombres tampoco se afeitan y utilizan un turbante en la cabeza. Además, son veganos, ya que como les dije mas arriba, tienen un respeto irrestricto por todos los seres vivos, es una religión sumamente tolerante, pero si tienen un límite, ya que, un sij no le ruega a nadie. Estas particularidades de los sij, representan un problema para la India, ya que como sabemos, es un país politeísta, es decir que creen en muchos dioses, históricamente esto ha generado un conflicto entre hindúes y sijs, conflicto que tuvo su punto máximo en el año 1984, por aquel entonces la primer ministro, Indira Gandhi (aclaro que no tiene parentesco con Mahatma Gandhi), ordenó una persecución en contra de la comunidad Sij, ya que estos últimos proponían una separación e independencia de la India, mas precisamente, la separación de la región de Punjab.
Lo mencionado mas arriba es necesario para comprender el conflicto reciente entre Canadá y la India. El año pasado, el líder activista sij, Hardeep Singh Nijjarfue asesinado a balazos en Vancouver, Canadá, a partir de este momento, el gobierno liderado por Justin Trudeau comenzó un proceso de investigación que, este año arrojó como el resultado mas probable que el gobierno hindú estuvo detrás del asesinato. Teniendo en cuenta los constantes pedido de parte del gobierno liderado por Narendra Modi para que Nijjar sea extraditado a la India, acusándolo de múltiples delitos, motivo por el cual el activista sij emigró a Canadá.
La acusación canadiense vino aparejada con la expulsión de funcionarios de la India, y luego, como represalia, el gobierno hindú actuó de la misma manera con funcionarios canadienses, esto sucedió hace semanas, y elevó el conflicto a niveles alarmantes. Además, como para sumar atenuantes a la acusación canadiense, el gobierno estadounidense también denunció la participación de la India en un intento de asesinato de otro líder sij pero esta vez en Nueva York.
Como les mencioné en una de las columnas anteriores (véase “Populismo al estilo hindú”), desde que Modi ascendió al poder, la discriminación y el sometimiento de aquellos que profesan creencias diferentes al hinduismo, incrementó de manera exponencial, si bien los sij han sido perseguidos y discriminados durante décadas, estos últimos tiempos han sido extremadamente difíciles para dicha comunidad, a tal punto que varios de sus lideres debieron emigrar del país, por el temor de ser encarcelados y acusados de crímenes sin ningún tipo de fundamento. He aquí otra de las caras del populismo, que cuando se hace del poder estructural, busca controlar y perseguir a todo aquel que le represente una amenaza, ya sea política o religiosa. Una vez más, cualquier imagen o semejanza con nuestro país NO es mera coincidencia.
Matías Lezcano…