¿Nos apagaremos todos sin haber visto que el estado rovirista solucione ni uno solo de los graves problemas que afectan a Misiones? ¿Qué espera el gobernador Hugo Passalacqua para ocuparse de una buena vez del recurrente problema de los cortes de luz en la Oberá que lo vio crecer? ¿Es un asunto de procrastinación política o de procrastinación colectiva?
La procrastinación es un proceso de postergación en el que se cambia el encarar una acción incómoda pero necesaria por otra irrelevante o agradable. El estado rovirista tiene mucho de eso. Pablo Hassan en Oberá es un ejemplo concreto de un funcionario que no encara los asuntos de fondo y ocupa su tiempo haciendo sociales, pareciéndose más a un relacionista público que a un intendente.
Se acerca otro tórrido verano y, una vez más, la energía eléctrica de Oberá y la zona centro dependerá de la vetusta línea de 132 kilovoltios que no puede bancarse la demanda propia de los días de extremo calor. Es increíble, pero pasan los años, nadie se ocupa del tema y la sociedad, aclimatada al feudo, naturalizó que los cortes de luz y las bajas de tensión sean tan habituales como respirar.
En octubre de 2022, durante el último gobierno kirchnerista, ante una pregunta de la diputada nacional Florencia Klipauka en la Comisión de Presupuesto, la entonces secretaria de Energía Flavia Royón respondió que el estado nacional no financiaba una nueva línea de 132 porque Energía de Misiones (la ex EMSA) le debía treinta mil millones de pesos a CAMMESA (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima), que es la distribuidora nacional de la energía. ¿Por qué la ex EMSA le debe tanto dinero a la mayorista nacional? Dos años después ¿se pagó esa deuda? ¿Por qué el estado rovirista no informa sobre este asunto?
El hermetismo convive con el marketing disparatado de una futura instalación de un parque solar fotovoltaico en Oberá y títulos en los medios pauta-dependientes acerca de proyectos que pondrán a Misiones a la vanguardia de no sabemos bien qué cosa.
Señor gobernador Hugo Passalacqua, ¿sería mucho pedirle que interceda ante el señor presidente Javier Milei (el mismo que lo homenajeó con un asado por su apoyo a lo que desde las universidades públicas llaman el “desfinanciamiento universitario”) para conseguir fondos para una nueva línea que satisfaga la demanda de energía en Oberá y alrededores? Porque las velas están demodé.
Vale recordar, una vez más, que, en 2015 Hugo Passalacqua, quién ya tuvo un primer mandato enterito de cuatro años como gobernador, firmó la licitación de una nueva línea de 132 kV pero nunca se puso un poste.
Se precisaría de los saberes de un psicólogo social para indagar sobre si la mayoría de los votos que obtienen estos funcionarios no provienen de electores que encuentran en el Frente Renovador de la Concordia la garantía de la postergación que ellos mismos buscan.
En Misiones la realidad local no influye en el voto, pero disponer de una nueva línea que venga a solucionar el problema de la falta de energía eléctrica en la zona centro sería un acto de gestión que valdría reconocer.
En la estupenda película “Lo que el viento se llevó”, Scarlett O’Hara (el personaje de Vivien Leigh) suele decir: “Lo pensaré mañana”.
Cuidado con seguir en esa. Porque hoy es aquél mañana que ayer no te importó.
Walter Anestiades