Javier Milei ha hecho de las redes sociales su principal herramienta política. Desde allí ha construido su imagen, ha marcado la agenda y ha enfrentado a sus adversarios. Pero esta vez, su incontinencia digital lo ha llevado a un escándalo de proporciones inéditas. La promoción de la criptomoneda $LIBRA desde su cuenta oficial de X no es solo un error comunicacional; es un episodio que puede tener consecuencias legales, económicas y políticas que golpeen la credibilidad de su gobierno.
Todo comenzó con un posteo en la cuenta oficial de Milei, promocionando una criptomoneda que, en cuestión de horas, movilizó millones de dólares y luego se desplomó, dejando damnificados en el camino. No se trató de un hackeo, como algunos especularon inicialmente. Fue el propio presidente quien, al no borrar la publicación ni desmentirla, confirmó su responsabilidad en el hecho.
Si Milei efectivamente impulsó $LIBRA, estamos ante un caso gravísimo. No hay libre mercado cuando un presidente usa su investidura para influir en una inversión privada. Hay, en cambio, una posible violación de la Ley de Ética Pública y de la Ley de Entidades Financieras, además de la sospecha de delitos como defraudación, estafa y lavado de dinero. La Unidad de Información Financiera (UIF) no puede ignorarlo, y el Congreso tiene la responsabilidad de investigar si hubo uso indebido del poder presidencial para promover una maniobra especulativa.
Fiel a su estilo, Milei reconoció parcialmente el error, pero en lugar de asumir las consecuencias, atacó a quienes lo cuestionaban. Su entorno de apoyo quedó descolocado y el entorno presidencial no actuó con rapidez para aclarar el tema. Es un patrón repetido en su gestión: cuando la realidad lo enfrenta, responde con agresión en vez de asumir la responsabilidad de sus actos.
Pero esta vez, el costo puede ser más alto. Su imagen de defensor del libre mercado se ve seriamente golpeada si se confirma que muchos seguidores compraron $LIBRA confiando en su palabra y terminaron perdiendo dinero. No hay relato de la “casta” ni complot mediático que justifique esto. Es su propia falta de control la que lo puso en esta situación.
Ahora la pregunta es si estamos ante un cisne negro—un evento inesperado con consecuencias impredecibles—o simplemente ante un grano incómodo que Milei logrará sortear con su estrategia de confrontación. Lo que está claro es que este episodio trasciende el ámbito de las redes. No es solo un error digital. Es una crisis de confianza.
Gobernar no es lo mismo que armar un show en Twitter ,la impunidad en redes no es impunidad en la realidad y menos si viene del presidente no es la primera vez que un presidente enfrenta una crisis por el uso irresponsable de sus redes sociales
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Javier Milei se jacta de ser diferente a la vieja política. Sin embargo, en su reacción frente al escándalo de $LIBRA, demuestra incapacidad de asumir errores sin buscar culpables externos.
Eduardo Reina…