Mientras nos vamos recuperando de una semana con solo con dos días hábiles (sí… dos), situación que nos ha ubicado nuevamente al frente del televisor, pendientes de la nutrida agenda deportiva, y siguiendo de reojo el minuto a minuto de la búsqueda de Loan, el pequeño desaparecido hace más de 10 días en la provincia de Corrientes que ha tomado el centro de todos los canales televisivos.
Este caso me ha llevado a la pregunta no tan obvia, pero necesaria: ¿Qué avances hemos hecho como país en materia de desarrollo investigativo para encontrar a una persona? La respuesta pareciera más compleja a medida que ahondamos más en el desarrollo de la misma.
Dos casos se me vienen a la memoria en esta reflexión: el caso Sofía Herrera y el caso de la Familia Pomar. Sofía Herrera desapareció el 28 de septiembre de 2008 en un camping en Río Grande, Ushuaia, cuando tenía 3 años y 8 meses. Estaba con su familia y amigos cuando se separó por unos minutos y nunca más la vieron. En el medio, un sospechoso que nunca apareció, interminables marchas y una iniciativa de reclamos que llegó al ambiente artístico con la difusión de mensajes en las redes. Su madre, María Elena Delgado, sigue buscando a su hija, investigando todas las pistas, aunque muchas resultan falsas.
La desaparición de esta niña llevó a la creación del “Alerta Sofía”, un protocolo de emergencia para la desaparición de niños, similar a la “Alerta Amber” utilizada en más de 40 países. El programa funciona como parte del Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas (SIFEBU), creado en 2016, y su objetivo es encontrar soluciones a la problemática subyacente a la desaparición de niños, con un mecanismo para difundir y diseminar de manera correcta y urgente la información correspondiente ante el público, sobre los casos más graves de desaparición. Cuenta con el apoyo del International Centre for Missing & Exploited Children (ICMEC), con quien Argentina firmó un convenio de cooperación en 2016, siendo a partir de ese momento miembro de la Red Global de dicha organización internacional, junto a 32 países más.
Por otra parte, el caso Pomar si bien no trajo consecuencias jurídicas, nos dejó una reflexión para el periodismo: el cuidado en el tratamiento de la información y la protección en la intimidad de la familia perjudicada. La familia Pomar desapareció el 14 de noviembre de 2009 mientras viajaban desde Buenos Aires hacia Pergamino. Iban en su auto Fiat Duna. Durante 24 días, las autoridades realizaron una búsqueda intensa sin éxito, alimentando numerosas teorías y especulaciones, incluyendo posibles secuestros, trata de personas, rapto por parte de Fernando Pomar, el asesinato cometido por el hombre hacia su familia por problemas psiquiátricos y hasta la abducción por parte de ovnis. Finalmente, el 8 de diciembre de 2009, el auto de la familia fue encontrado volcado en una zanja a pocos metros de la Ruta 31, cerca de Salto, a unos 40 kilómetros de Pergamino. Las investigaciones revelaron que el vehículo se había salido de la carretera y había caído en un lugar poco visible. Todos los miembros de la familia murieron en el accidente.
Este caso se destacó por la falta de eficacia en la búsqueda inicial y las críticas hacia las autoridades por no haber revisado adecuadamente el área cercana a la ruta, donde finalmente se hallaron los cuerpos. Además, periodísticamente se vivió un reality policial, donde la actitud del periodismo en el caso de la familia Pomar fue criticada por su enfoque sensacionalista, la difusión de desinformación, la presión indebida sobre las autoridades y la falta de respeto por la privacidad y el dolor de los afectados.
El caso Loan reúne lo peor de Pomar y Sofía. Una situación que atrajo la atención de todos los medios de comunicación a nivel nacional, con coberturas diarias y continuas, y entrevistas de lo más diversas a familiares, funcionarios, amigos y amigos de los amigos, con pistas sumamente difusas, una investigación con sospechas sobre las fuerzas policiales, jueces y funcionarios provinciales, que recientemente ha encontrado avances en la Justicia Federal, luego de la recaratulación de la causa.
En la jornada de este martes, la propia ministra de Seguridad, que ha cuestionado el accionar de las fuerzas provinciales desde el primer momento, ha viajado a Paraguay, a buscar cooperación de las autoridades guaraníes en la búsqueda fronteriza del menor. Por lo pronto la causa descansa en numerosas hipótesis, supuestos responsables imputados y un común denominador: nadie sabe concretamente dónde podría estar Loan.
Un dato que no debe llamar la atención. Hace algunas semanas cuando se daba el tratamiento en particular de la Ley Bases en su versión original, el articulado referido a la incorporación de funciones en cuestiones de trata de personas a las fuerzas federales, fue votado en negativo por la mayoría. Miremos y seamos críticos de todo, solo así podremos entender por qué se dan las cosas y sobre todo, por qué no se resuelven.