En la anterior columna hablamos de un probable escenario post electoral (véase “el principio del fin), en la cual mencionábamos el escaso poder político con el cual llegaba a las elecciones el régimen del presidente Nicolas Maduro. Estimado lector, si bien usted dirá que el régimen se proclamó vencedor de una elección plagada de polémicas y que todo le hubiese salido muy bien al gobierno, pero, no obstante, no tuvo en cuenta que para dibujar números, no hay que ser ni tan burdo ni tan burro.
Si bien y como siempre le aclaro a usted que para hablar de política no hay que pecar de inocente, los fraudes electorales son como los puestos de venta de chipa en la provincia de Misiones, los encontramos en cada esquina. Pero la particularidad con la que suelen contar los fraudes es que son medianamente disimulados, cuentan con un maquillaje no tan obvio. Como ejemplo podemos nombrar al proceso electoral llevado a cabo en Rusia meses atrás, en los cuales el único candidato era el actual presidente Vladimir Putin, si bien es totalmente irrelevante el proceso, las intenciones son bien claras, en ella se manifiesta la victoria absoluta de Putin, en la cual muestra la inmensidad de su poder, y que el proceso democrático realmente le resulta irrelevante. Tenga en cuenta un detalle muy importante, cada proceso electoral manda un mensaje; mientras mas clara y transparente sea el proceso, más valoración se tendrá de la democracia y sus procesos.
En los regímenes comunistas y chinos, la elección ya es calificada, es decir, el comité del partido comunista es el que elegirá al presidente que gobernará los años que el partido así lo determine, dejando en claro que ni siquiera tienen en consideración dirigirse hacia un proceso democrático, hasta ahora mensajes claros. Si vamos a países como Estados Unidos, Gran Bretaña, Irlanda, Francia, las reglas del juego (siempre democráticos) son indiscutible e irreprochables. En la República Argentina, el proceso electoral por lo general es polémico, desde boletas en la basura a urnas incendiadas, podemos encontrar una lista larga de irregularidades, sin embargo, a la hora de la generación de resultados, estos suelen ser indiscutidos, o de existir dudas, se diluyen a la hora del escrutinio definitivo, que es llevado a cabo “con el cuchillo entre los dientes” ya que los fiscales de cada partido y/o frente defienden cada voto como si fuese un lingote de oro.
Ahora, nada de lo mencionado con anterioridad sucedió el día domingo en Venezuela ya que el proceso electoral llevado a cabo fue uno de los mas burdos y fraudulentos de los que se tiene memoria, no dicho solo por el que suscribe, asi lo dijo Andrés Oppenheimer, uno de los periodistas más reconocidos en los medios de comunicación estadounidenses y de Latinoamérica, que comentó en su columna en el Miami Herald lo siguiente; “En mis cuatro décadas de cubrir elecciones latinoamericanas, he visto muchas elecciones amañadas. Pero lo que ocurrió el 28 de julio en Venezuela tiene toda la pinta de ser la madre de todos los fraudes electorales.”
Previo a las elecciones, el régimen lanzó amenazas a todo aquel que pensase distinto a sus tiránicos ideales, insultando y despotricando a todos los que pudo e inclusive no dudo en polemizar con algunos de sus presidentes “amigos” como el presidente “Lula” Da Silva, que dicho sea de paso a optado el cobarde camino de la ambigüedad, sin pronunciarse firmemente por lo sucedido.
Ahora, volviendo al fraudulento proceso electoral, les explico el porque fue tan burdo. Como es sabido, el proceso electoral cuenta con, veedores internacionales, fiscales de mesa, encargados de defender los votos de sus respectivos partidos, fiscales generales, que se encargan de verificar que los fiscales de mesa no tengas inconvenientes, cuenta con veedores internacionales, estas son personas que pueden ser enviadas por gobiernos extranjeros, por organismos internaciones (ONU, OEA, etc), así como también pueden ser de organizaciones no gubernamentales. Aquí estuvo el primer punto a tener en cuenta ya que solo el Carter Center fue autorizado por el gobierno como veedor internacional, el Carter Center es un organismo estadounidense encargado históricamente de verificar que el proceso electoral sea llevado a cabo con normalidad. El segundo problema comenzó cuando a la hora del conteo de boletas, los fiscales de mesa ya no fueron autorizados a estar presentes, tampoco ninguno de los fiscales generales de la oposición fueron autorizados al conteo de actas dentro del Colegio Nacional Electoral, mas conocido como CNE. Las horas pasaba y los resultados no llegaban, pasada la medianoche de nuestro país se pronuncio el director del CNE, anunciando la victoria del presidente Nicolás Maduro, con un porcentaje que, sumando a todos los candidatos nos daba un total del 132%, algo absolutamente ridículo. Por lo general los resultados vienen acompañados del numero de actas contadas, de mesas y distritos cargados en el sistema, nada de esto ocurrió, simplemente los porcentajes mencionados, sin nada que los respalde.
Lógicamente, esta noticia detonó los ánimos de gran parte de la ciudadanía, y fue aquí donde comenzó la barbarie. Cuando los ciudadanos ejercían su derecho de protesta, los grupos paramilitares a favor del gobierno comenzaron a utilizar la violencia desmesurada, secuestrando y asesinando a ciudadanos que le perdieron el miedo al régimen dictatorial bolivariano, ya que, sumado al contexto actual de Venezuela, el fraude electoral del domingo fue el punto de inflexión para que la gran mayoría pierda el miedo y citando a uno de los manifestantes a los cuales les rindo honor desde este humilde lugar “es mejor 1 mes de guerra que 30 años de esclavitud”.
Varios países pusieron el grito en el cielo y el régimen en respuesta, rompió relaciones con todos aquellos que no avalen la “victoria” del régimen. Hasta momentos antes de que esta columna salga a la luz, gran parte de Venezuela le esta haciendo frente a un gobierno infame, corrupto y antidemocrático, que no dudará en eliminar a cualquiera que se oponga a sus oscuras intenciones. El que suscribe brinda todo su apoyo a los hermanos venezolanos que se encuentran luchando contra la tiranía y la opresión, por su libertad y porque ese maravilloso país vuelva a ser la potencia que se merece ser.
Matias Lezcano..