La guerra de las cruzadas, fueron de los acontecimientos bélicos mas resonantes de la historia. Cristianos de un lado y musulmanes por el otro, ambos bandos representando a dos de las religiones mas predominantes del planeta y dejando la literalmente la vida influenciados por lideres que ya en aquel momento, gozaban de dudosa reputación. Sin embargo, ambos tenían un objetivo en común, conquistar Jerusalén, una ciudad altamente simbólica para el mundo religioso. Como una historia de nunca acabarse, dicha región hasta nuestros días sigue siendo una zona de conflictos que parece no acabar jamás.
En una de las columnas anteriores (véase desempolvando esquirlas de viejas enemistades) mencionábamos la barbarie sucedida en Israel, luego de la que la organización terrorista Hamas irrumpió en territorio israelí, masacrando y secuestrando a ciudadanos, que hasta hoy en día se encuentran privados de su libertad. Razón por la cual Israel se encuentra atravesado por una crisis social y política.
En lo que va del año, gran parte del mundo ha condenado las incursiones militares israelíes en territorio palestino, sin dudas, los incesantes ataques provocaron un desastre habitacional, pero, sin embargo, debe considerar usted que esto también es parte de la estrategia terrorista. Camuflarse dentro de la población civil y sentar sus centros de operaciones dentro de hospitales o escuelas amenazando y subyugando a inocentes, es lo que Hamas mejor hace ya que de producirse algún ataque israelí, lo mas probable es que la condena internacional sea feroz contra Israel. Tanto es asi, que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, fue condenado a prisión por parte de la Corte Internacional de la Haya, esto no será concretado mientras Netanyahu sea presidente, sin embargo, sienta un precedente para nada grato para el gobierno israelí.
Si bien Netanyahu logró grandes objetivos, asesinando al líder de Hamas Ismael Haniyeh y atacando objetivos claves, incluyendo bombardeos en territorio iraní, no ha cumplido con el rescate de los israelitas capturados el año pasado, y a medida que el tiempo pasa, sus vidas corren mayor riesgo. Esto ha impactado fuertemente dentro del seno de la sociedad israelita, que ha salido a las calles para exigir el cese de las hostilidades del gobierno contra Hamas. Además, en apoyo a estas manifestaciones, importantes sindicatos han convocado s huelgas generales, que amenazan con paralizar el país. Sin lugar a dudas estos hechos recientes ponen a la administración de Netanyahu en una situación muy complicada, ya que como bien sabemos, los partidos opositores se sirven de estas situaciones para sacar provecho y ejercer aún más presión.
Debemos decir que Netanyahu jamás cedió a la presión que incluye cesar las actividades militares contra Hamas, ni siquiera de su mayor aliado, Estados Unidos. No solo desoyó los pedidos del presidente Biden, fue aún más allá y reforzó los ataques en territorio palestino, asi como también en parte del Líbano, parte de Siria e Irán, sin lugar a duda el poderío militar israelí es uno de los poderosos del mundo. Sin embargo, las organizaciones terroristas se valen de estrategias propagandísticas que lleva a sectores de la sociedad a lo largo y ancho del planeta, a estar a favor de su causa, y que a la vez estos movimientos camuflan hábilmente sus sentimientos antisemitas, mostrando su apoyo a “la causa palestina”.
El contexto en estas zonas de conflictos no son nada fáciles de comprender, y lo que hoy interpretamos como verdades, mañana ya no lo serán. Por el momento, la presión civil israelita va creciendo, y esto hábilmente es aprovechado por Hamas y sus aliados para ganar tiempo y seguir amenazando las vidas de esos pobres inocentes privados de su libertad que lo que mas desean es volver a abrazar a sus seres queridos y volver a respirar aires de libertad.
Matias Lezcano…