Una niña de 8 años habría sufrido un secuestro en manos de por lo menos cuatro sujetos que fueron detenidos por la Policía en Colonia Aurora. El juez de Instrucción Pedro Piriz solicitó una serie de medidas.
Por estas horas la pequeña localidad de Colonia Aurora se halla conmocionada por el presunto intento de rapto de una niña de 8 años, lo que derivó en la detención preventiva de cuatro sospechosos que se movilizaban en un auto con patente brasileña.
Según la información conocida al respecto, alrededor de las 21 del último martes, interceptaron a un Chevrolet Monza bordó de patente brasileña, en el cual se movilizaban Carlos Fabián Z. (34), con domicilio en Oberá; Julio L. (30), de Colonia El Progreso; Jeovani D. A. (31) y Joel S. (36), oriundos de Cascavel, Brasil.
Al mismo tiempo la Policía provincial recibió la denuncia a Maida S. (27), madre de la menor a la cual supuestamente habrían tratado de secuestrar.
Por el momento, la acusación se apoyaría en el relato que la pequeña le hizo a su profesora de patín, la cual habría hecho trascender la versión del intento de secuestro. La niña habría comentado que pasó frente al auto bordó y le tiraron una soga.
La investigación
A partir de ahí, el episodio repercutió en las redes sociales y en la noche del martes medio centenar de personas se movilizaron hasta la comisaría local en busca de respuestas.
Tras la detención de los sospechosos, el juez de Instrucción Uno de Oberá, Pedro Piriz, ordenó una serie de medidas tendientes a esclarecer el caso, como el testimonio de la menor -a través de sus padres- y a posibles testigos, ya que el hecho se registró en pleno casco urbano del pueblo.
El magistrado también solicitó que se corrobore si los hombres detenidos tienen antecedentes penales y que se revisen las cámaras de seguridad de la zona.
Una vez que el juzgado disponga del sumario policial se definirá la situación de los sospechosos.
La versión de la madre de la niña
La progenitora de la niña, en una entrevista con medios locales, detalló lo que había mencionado su hija y los testigos del lugar, en el momento del presunto secuestro.
“Mi nena estaba en clases de patín desde las 18.30. Cuando salió del polideportivo municipal, apenas terminó la clase, caminó unos metros dirigiéndose a la esquina de la cuadra”, explicó Maida.
Fue en esos segundos que habría ocurrido todo. “Ahí (en la esquina), se hallaba un hombre que estaba fumando y que aparentemente esperaba a la nena. Cuando mi hija lo ve, comienza a caminar para atrás, momento en que el hombre sacó un cinto enrollado en una soga y la quiere enlazar”, detalló la mujer.
En esa línea, expresó que su hija tiene una marca en el hombro izquierdo, parte del cuerpo al que habría alcanzado a tocar la soga del hombre para poder atraparla. Sin embargo, por fortuna sólo le dejó esa marca, ya que “ella volvió corriendo al polideportivo donde hace patín y logró llegar a tiempo, mientras el hombre salió detrás de ella”, explicó Maida.
Fue entonces, que al llegar al salón, la pequeña le contó a su profesora lo que había pasado, por lo que la entrenadora salió a buscar a los hombres y ve que el acusado en cuestión salió corriendo hacia un auto dándose a la fuga.
No obstante, los presuntos secuestradores no lograron su cometido de escapar, ya que un vecino lo siguió y llamó a la policía avisando dónde se encontraban.
Ante la consulta de cómo se enteró de lo sucedido, indicó que “yo estaba esperando que sea el horario para ir a buscarla, porque siempre quedan vecinas en el lugar a esperar que sus hijas terminen la clase. Y fue una de ellas que le trajeron a mi nena y me cuenta que la quisieron secuestrar”.
Por otro lado Maida dijo que, según lo manifestado por su hija, “el hombre no le dijo nada. Sólo fumó una vez y le lanzó la cuerda para poder atraparla”.
Ante la consulta de qué le pudieron decir algunos testigos circunstanciales que observaron la situación, la entrevistada expresó que “ellos vieron que el auto estaba hace horas en ese lugar estacionado y que había como cuatro tipos dentro del vehículo”.
Por otra parte, expresó su indignación y su miedo por cómo se manejan en el pueblo: “No pueden entrar a un pueblo como si nada. Mi nena está traumada. No durmió toda la noche y a cada rato repite lo que le pasó. Eso nos deja mal a todos”.
En referencia a la detención de los acusados, la progenitora señaló que “los policías nos dicen que están esperando la decisión del juez. Pero uno no puede estar tranquilo”.
“Si no encuentran nada los van a largar. No pueden dejarlos libres porque van a volver a hacer y más. Hoy es con mi niña, pero mañana puede ser con otro niño”, lamentó.
“Es una gran confusión”
El propietario del emprendimiento donde trabajan los acusados, una fábrica de sillas ubicada en Colonia El Progreso, distante a unos 15 kilómetros de Aurora se mostró sorprendido por la situación y mencionó que desde el 2017 tiene un vínculo laboral con los citados.
“Son laburantes, todos tienen familia, hijos y ninguno es delincuente. Vendemos sillas, sillones, trapos de piso, alfombras. El martes estuvieron todo el día vendiendo en Aurora, casa por casa. Vendemos en toda la provincia y nunca tuvimos problemas”, subrayó.
En ese contexto, se preguntó “en qué cabeza cabe que hayan estado todo el día vendiendo, incluso estacionaron frente a la comisaría, para después tratar de robar una criatura. Es más, cuando la Policía los detuvo estaban comprando para la cena y volvían a El Progreso”.
Para mayor precisión, indicó que hace alrededor de dos semanas los vendedores pararon en un control policial en el cruce de Aurora y brindaron sus datos completos.
Agregó que los dos hombres oriundos de Brasil y el coche ingresaron al país de manera legal, al tiempo que lamentó la situación padecida por “gente de familia y trabajo”.
“Todavía no caigo, no tiene sentido lo que está pasando. Es una gran confusión y seguro que se va a aclarar, pero el daño está hecho. Para nosotros se terminó la venta, quedamos manchados”, agregó.
(Fuente: El Territorio)