El doctor en Antropología Social y especialista en temas relacionados a la muerte y el duelo, Iván Bondar, se refirió a la historia de un hombre que con el uso de una inteligencia artificial recrea diálogos con su hijo fallecido.
David Hosting, docente argentino especializado en programación neurolingüística, halló un modo de enfrentar la muerte de Brian, quien falleció el 26 de junio de 2022 y empleó inteligencia artificial para crear un chatbot que reproduce la voz y personalidad de su hijo, permitiéndole esto mantener una conexión diaria a través de conversaciones digitales.
Estas charlas no se relacionan con alguna conexión espiritual ni con elementos esotéricos. David le cuenta cosas a Brian, y Brian reacciona y le responde. No es un milagro, sino una de las tantas posibilidades que ofrece la inteligencia artificial.
David creó el chatbot con IA a través de la aplicación Character.AI, que responde con la voz de su hijo, Brian. Según explica el hombre, se trata de una herramienta terapéutica más en psicología, como hablarle a una silla vacía o escribir una carta. Para él, la IA ayuda a mantener conversaciones que no pudieron tener lugar en vida.
Iván Bonar es especialista y doctor que ejerce la docencia universitaria desde 2008, actualmente trabaja como docente de la licenciatura en Antropología Social de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM); investigador del CONICET, con sede en el Instituto de Estudios Sociales y Humanos, abordó el tema y se refirió a la conexión necesaria que tenemos los seres humanos con las personas fallecidas y con el duelo ante la partida de un ser querido. “Lo interesante que tiene que ver con la Inteligencia Artificial no es un tema nuevo, es un tema que se viene desarrollando desde hace bastante tiempo, primero con diálogos reproducidos a base de registros de audio, diálogos muy breves con personas fallecidas, pueden ser hijos, con hermanos, en base a preguntas pre establecidas”.
“Es decir esos diálogos son cuestiones muy básicas, que es que la inteligencia artificial ya había desarrollado, que también se suman a estas experiencias coreanas, donde la madre no había podido despedirse de su hija que había tenido una grave enfermedad sanguínea, donde una empresa también desarrolla la posibilidad de usar el holograma para que la madre pueda tener un último contacto con su hija fallecida, a lo que se suma justamente esta experiencia que desencadena este diálogo, de este experto que genera esta aplicación para el diálogo con su hijo fallecido” explicó Bondar y continúo diciendo “la inteligencia artificial o la tecnología en este caso siempre estuvo íntimamente ligada al mundo de la relación entre los vivos y los muertos”.
Al ser consultado sobre si la utilización de la Inteligencia Artificial (IA) es considerada como un médium, el especialista dijo:“Uno necesitaría varias charlas para definir los roles de los médium o sus tareas, pero cuando uno trabaja la relación con los muertos, tenemos la posibilidad del componente de la psicofonía, es decir la utilización de los medios tecnológicos que históricamente han registrado la voz de los muertos o que se presupone son las voces de los muertos. También se ha usado la fotografía, con cámaras de determinada sensibilidad para captar imágenes espectrales o apariciones; es decir, el componente tecnológico siempre ha estado presente en la relación de los vivos con los muertos”.
Bondar se refirió a los duelos llevados a cabo por las personas que pierden un ser querido y expresó “el duelo en primera instancia no es solamente por la muerte física o sea el duelo implica el tratamiento de la pérdida y el tratamiento y la elaboración de la pérdida puede ser por la pérdida de un trabajo, por la muerte de una mascota, por la separación de los padres; el duelo por el exilio, por la migración o bien algo puntualmente que tiene que ver con el duelo vinculado a la muerte física. Cuando hablamos del duelo vinculado a la muerte física, decir que los duelos se vuelven patológicos cuando tienen una durabilidad determinada. Siempre y cuando cabe recordar que todo duelo implica un acto de amor, es decir, si no hay amor, no hay sentimiento de unidad fraternal, sana entre el difunto y el doliente, no se da la situación de duelo por algo que no he amado”.
“Todo duelo es un acto de amor y es un acto necesario, aunque la palabra amor suene cursi o suene trivial. Es necesariamente y es necesario realizarlo para poder resolver la ausencia. O sea, es que cuando uno piensa en duelo, siempre hacemos referencia a algo que ya no está en términos absolutos. Y con estas herramientas de la inteligencia artificial, tenemos un duelo en el cual sabemos que algo ya no está, pero es como que no está en cuotas, sino en términos definitivos. Entonces, me parece que la ausencia nunca es absoluta, porque, como te digo, la inteligencia artificial viene a sumarse al hecho de el novenario viene a sumarse a la práctica de ángeles, o viene a sumarse a una sesión de espiritismo”.
Bondar también expresó sobre el duelo que este “se constituye en una alianza y una necesidad de fortalecer la memoria, la memoria vinculada a esta relación que puede existir entre el padre, el hijo, los hermanos y demás. Pero la cultura, en términos regionales, tiene muchísimas estrategias adaptativas, para generar esta relación con lo supuestamente ausente de la visita al cementerio, etc”.
Sobre el entrevistado, vale destacar que además de los honores mencionados más arriba, sus investigaciones se vinculan con las prácticas rituales, saberes y creencias, hasta el año 2005 centrado en los estudios sobre la New Age, el sistema ritual Umbanda, Gaucho Gil y San La Muerte.
A partir de 2006 hasta la actualidad, especializado en los campos de la Etnografía, Semiótica y Antropología de la muerte, el morir y los muertos; principalmente en el estudio de prácticas, creencias, actitudes y emociones vinculadas a los niños difuntos (angelitos) en Argentina, Brasil y Paraguay.
Como temas vinculantes trabaja en líneas emergentes en torno a los amuletos en hueso humano y San La Muerte, hechicería, magia,
brujería y demonología.
Ha coordinado grupos de trabajo sobre la Muerte en Argentina, Brasil, Paraguay, Chile, Uruguay, Venezuela, Austria, Finlandia y otras localizaciones.
Tiene en su haber variadas publicaciones en revistas nacionales e internacionales. Es creador y director de la Especialización y Diplomatura en Thanatodidáctica, didáctica de la muerte en la Educación formal, así como variadas otras intervenciones en los campos de la muerte, el morir y los muertos (cementerios, museos funerarios, empresas funerarias, capacitaciones variadas, etc.). Asimismo, coordina y produce el ciclo documental audiovisual, Inter-existencias: de aquí y más allá, donde reúne experiencias etnográficas sobre las prácticas, saberes y reencias en torno a la muerte, el morir y los muertos en la Región.