La “Indu” abrió sus puertas con el nombre de “Escuela de Artes y Oficios”, con una matrícula de 15 alumnos, el 9 de junio de 1924, en el antiguo edificio de Colón 9, de Posadas. El presidente de la Nación, Marcelo Torcuato de Alvear, suscribió el decreto por el cual se dispuso su creación el 28 de mayo de 1924. El local fue cedido por la firma Baradero de Núñez y Gibaja. El 24 de abril de 1978 se produjo el traslado de la ENET 1 a su nuevo edificio de avenida Lavalle 1945 (ex 371).
La Escuela Provincial de Educación Técnica (EPET) 1 “UNESCO” celebra hoy cien años de existencia y son muchas emociones las que vivencian sus directivos, alumnos y varias promociones de egresados.
Orgullosos de su “segunda casa” y de su formación, muchos de ellos se reunirán en el acto protocolar que se realizará mañana, a las 9.30, o bien, en la cena de camaradería que se servirá el viernes 14 en el mismo establecimiento porque una fecha tan importante y cara a los sentimientos, no puede pasar desapercibida.
“Recibir estos 100 años es un honor tremendo, trae muchísimos recuerdos. Si bien todos los años recordamos el aniversario, cumplir cien años nos traslada inevitablemente a la niñez/adolescencia, que fue una de las etapas más lindas que vivimos”, indicó el rector, César Alcibíades Alegre, que es egresado promoción 1984 de Maestro Mayor de Obra (MMO).
Agregó que través de estos años la escuela cumplió el rol que Doña Clotilde González de Fernández “nos legó ese 9 de junio de 1924, creando la institución para formar a operadores calificados. En aquel entonces había 15 alumnos y hoy tenemos más de mil, y todo lo que se hizo a través de tantos años fue en bien de la educación, en bien de los chicos y de la provincia y de Argentina. Cuando se comenzó eran escasas las escuelas técnicas en el país y eso nos genera un gran orgullo porque es la número 1 en la provincia. Estos 100 años significan muchísimo”.
En Colón 9, abrió sus puertas con el nombre de “Escuela de Artes y Oficios”.
Alegre contó que en las últimas semanas recibió a egresados de promociones anteriores a la suya, muy emocionados, que se acercaban a la escuela para brindarle el agradecimiento por lo que le significó en sus vidas, “ese manojo de llaves que abrió las puertas para realizarse como familia, para realizarse en su labor profesional”.
Dirigir los destinos de la institución en este momento es para el rector “un enorme desafío. Es un desafío que tengo todos los días porque es una escuela muy exigente. El tiempo avanza en forma vertiginosa al igual que la tecnología, se presentan muchísimos cambios, pero tratamos de estar a la altura, acompañando a nuestros alumnos para que, en su vida profesional, laboral o siguiendo carreras superiores, sean exitosos. Tengo un ciclo que cumplir, pero antes que suceda, busco dar lo mejor a la institución en retribución de todo lo que me dio”.
Describió que, con vistas al centenario, en la escuela se vive una “revolución” porque “los alumnos se preparan, muestran una efervescencia, también tienen su prebautismo. Es muy especial todo, porque cumplimos cien años. La particularidad que tenemos es que los chicos quieren realizar todas sus actividades dentro del establecimiento, y los egresados se comportan de la misma manera, porque es el lugar donde pasaron su adolescencia y les encanta, como nos encanta a todos, el hecho de recorrer la escuela, las aulas que nos albergaron”.
A su entender, se conjugan recuerdos de una generación que permaneció siempre aquí y de la suya, que fue la primera generación de egresados. “Cuando van cumpliendo 10, 20, 30, 40 años, las promociones piden para hacer una cena, el festejo o la colación, dentro de la escuela en lugar de reunirse en bares o restaurantes, entonces qué mejor quieren festejar los 100 años dentro de ella”, señaló.
La EPET 1 ofrece tres carreras en el nivel medio: MMO, Técnico en Informática y Técnico Electromecánico. También ofrece una carrera terciaria que es tecnicatura superior en Tecnología de los Alimentos. “Siempre estamos viendo la posibilidad de avanzar y de dar valor agregado a nuestras carreras para generar más incentivo en los chicos y brindar una calidad educativa acorde a los tiempos que corren”, acotó Alegre, a quien acompañan en la labor, el vicerrector, José Báez; el regente de cultural general, Luis Vázquez; el regente técnico, Daniel Barrios y el jefe general de enseñanza práctica, Humberto Cortez.
“Los cuido como a mis hijos”
Edgardo “Pekcos Pasión” Ortíz es uno de los preceptores con mayor antigüedad en la institución, en la que cursó primero y segundo año. “Siempre estamos acompañando y conteniendo, y somos el nexo entre la dirección y los padres. Si el director necesita saber algo, nos pregunta porque somos quienes sabemos sobre la vida completa del alumno que nos toca cuidar. Si los padres necesitan algo vienen al preceptor. Somos el nexo constante entre la familia y la escuela”, dijo, orgulloso de sentirse “industrialero hasta los huesos”, además, porque sus hijos se recibieron allí y una hija cursa el tercer año de informática.
Sostuvo que el sentimiento que genera la EPET 1 “es único en el mundo, no creo que haya otro lugar que genere ese amor, excepto los equipos de fútbol, porque los chicos pasan los cinco días de la semana desde las 7 y hasta las 22 en la escuela. Es por eso que, inclusive, festejan sus cumpleaños en la escuela y las promociones piden para hacer sus reuniones los viernes por la noche porque es el lugar que le brindó el amor, es la segunda casa”.
Tras 35 años de permanencia, Ortíz se encuentra en la recta final hacia la jubilación, pero admitió que “tengo experiencias súper lindas. Nunca sancione a un alumno, gracias a Dios tengo la capacidad de entenderme con los chicos y que los chicos me hagan caso, en forma respetuosa. Como dice la palabra, el preceptor cuida los preceptos que la educación inculca a los adolescentes, que se incorporan a los 12 y egresan cerca de los veinte años. El slogan de estos cien años reza: es la cuna de técnicos, porque el propósito es formar técnicos para la sociedad a fin que brinden toda su sabiduría para poder producir cosas para la gente”. Tal es su entusiasmo que, durante el desarrollo de la Estudiantina, “caminé miles de kilómetros cuando se realizaba sobre la avenida Corrientes, por la calle San Martín y por la avenida costanera, acompañando como preceptor asesor, trabajando siempre para que salga todo bien y cuidando a los chicos porque los padres te depositan una confianza implícita. Como soy padre, cuido a los chicos como si fuesen mis hijos”.
Por estos días ultima la organización de la cena aniversario, tarea que le fue delegada por los directivos. “Como soy DJ me encargo de preparar el sonido del acto y de la cena show del 14, de la que participarán entre 150 y 200 personas, entre ellas, los egresados del año 1960”, celebró. Dijo que durante el show en vivo se escuchará a “Charly” Godoy, cantante de Salamandra, “que se recibió en la industrial, fue profesor y se jubiló el año pasado, un súper fanático industrialero” y que actuarán las bandas “Banco local” y “Pura sangre”, integradas por exalumnos de la “Industrial”.
100 años de historia
La EPET N° 1 de Posadas, pionera de la Educación Técnica en Misiones, abrió sus puertas con el nombre de “Escuela de Artes y Oficios”, con una matrícula de 15 alumnos, el 9 de junio de 1924, en el antiguo edificio de Colón 9 de esta ciudad. El presidente de la Nación, Marcelo Torcuato de Alvear, suscribió el decreto por el cual se dispuso su creación el 28 de mayo de 1924. El local fue cedido por la firma Baradero de Nuñez y Gibaja, careciendo por aquel entonces de todo elemento necesario para el trabajo.
En este terreno se iniciaron los trabajos con aportes del ex CONET (Consejo Nacional de Educación Técnica) y la mano de obra de los alumnos. Mediante un convenio entre el CONET y el BID (Banco Interamericano de Desarrollo), se proveería de equipamiento y amoblamiento. El primer director a cargo de la escuela fue Martín Chaine Olivieri y permaneció en el cargo hasta 1925. El cuerpo docente estaba conformado por seis personas y el plan de estudios era de tres años para el experto en el oficio, y cuatro años para el experto calificado. Había tres especialidades: industria del hierro (se preparaba a los mecánicos ajustadores, herreros y mecánicos), industria de la madera (se preparaba a los ebanistas, a los modeladores y a los carpinteros de ribera, que eran encargados de la construcción de embarcaciones) e industria de motores y transportes (comprendía a mecánicos y electromotoristas).
En 1945 la institución cambió su nombre por el de “Escuela Técnica de Oficios”. En esta época era director Luis María Becherucci, que continuó hasta 1954. En 1948, comenzó a dictarse el curso nocturno de Radioperadores hasta 1971 en que quedó sin efecto porque el correo local, dispuso el dictado de un curso similar. También hubo cursos periódicos como los de instaladores de gas domiciliario e instaladores electricistas.
En 1949, se denominó “Escuela Industrial de la Nación” -Ciclo Medio-. En 1952 cambió nuevamente su denominación y pasó a ser “Escuela Industrial de la Nación” -Ciclo Superior-. En 1960, ingresaron niñas, siendo las primeras egresadas: Clara Gámez, como maestro mayor de obras y Carmen Yolanda Villalba como técnico mecánico primera en el país y premiada por la Unión Industrial Argentina (UIA) en 1968.
En 1961, su denominación era “Escuela Nacional de Educación Técnica”, Ciclo Superior. Desde el 30 de noviembre de 1972, lleva el nombre de “UNESCO”, en homenaje al organismo internacional que apadrinó el Establecimiento.
La nueva casa
La idea para la construcción de un nuevo local con destino a la Escuela, cobró fuerza hacia 1964 y los propios técnicos del establecimiento dieron forma al proyecto del inmueble con el específico propósito de afectarla a la función educativa. Desde entonces, habría de transcurrir un largo período hasta la concreción de esta primera etapa, con la inauguración de la planta baja.
Entre 1966 y 1972, el arquitecto Ángel Gámez dirigió a los Maestros de Enseñanza Práctica y alumnos en la ejecución de la totalidad de la estructura de hormigón. Cuatro años después de concluir esa labor, fue licitada y adjudicada a la Compañía Misionera de Construcciones la terminación de la planta baja, tarea que se llevó a cabo en un plazo de 16 meses.
En 1.800 metros cuadrados cubiertos se desarrollan las once aulas, salas especiales, dependencia directivo-administrativas y sanitarios. En otros 1.600 metros cuadrados se levantó el sector talleres, que habría de albergar a los seis en funcionamiento. En 1993 la Escuela Nacional de Educación Técnica (ENET 1) fue transferida al ámbito Provincial y cambió su denominación para pasar de ser una Escuela Provincial, denominándose así Escuela Provincial de Educación Técnica 1 “UNESCO”.
(Fuente: Primera Edición)