En el segmento de “La Última Rosca”, Lucas Ortega, abogado de la Asociación Civil de la Biodiversidad Autóctona de Misiones y Control de Especies Exóticas, expresó su postura y destacó los esfuerzos de su asociación para impulsar el control de estas especies, señalando las dificultades encontradas en el proceso administrativo y la necesidad de recurrir a la justicia para obtener respuestas.
En un contexto de creciente preocupación por la presencia de especies exóticas en la provincia de Misiones, una disputa legal surgió entre cazadores y organizaciones no gubernamentales ambientalistas. El foco de la controversia se centra en el control de los ciervos axis, una especie introducida que generó desequilibrios en el ecosistema local.
“Nosotros estamos golpeando las puertas de la justicia para decir que existimos, hay una problemática, y vamos a solucionarlo”, declaró Ortega durante la entrevista. Destacó que tras realizar múltiples presentaciones administrativas sin éxito, decidieron recurrir al sistema judicial para obtener una respuesta. Este movimiento logró reinsertar el tema en la agenda pública y poner de manifiesto la necesidad de abordar la cuestión de manera urgente.
La disputa legal se intensificó cuando el Juez Civil y Comercial Raúl Cabral ordenó al Ministerio de Ecología remitir las actuaciones relacionadas con el pedido de la asociación. Este fallo judicial reavivó el debate público sobre cómo abordar la proliferación de especies exóticas en la región. Por su parte, las organizaciones ambientalistas cuestionaron la estrategia de control propuesta por los cazadores, argumentando que la caza no es la solución adecuada y que se requieren enfoques más integrales y sostenibles para proteger la biodiversidad.
“La única herramienta efectiva para luchar contra el axis es la caza de control”, defendió Ortega, refiriéndose a la posición de su asociación. Contrarrestando afirmaciones infundadas, Ortega apuntó que la intención de los cazadores no es simplemente la de matar, sino colaborar y controlar.
Sin embargo, las ONGs ambientalistas expresaron su escepticismo hacia este enfoque, destacando la necesidad de considerar alternativas que no impliquen la caza de animales.
En cuanto a la acusación por parte de un docente universitario hacia los pescadores, Ortega defendió la labor de los cazadores, argumentando que están preparados y comprometidos con un cambio de paradigma en la gestión ambiental de la provincia. Señaló que los cazadores comparten una filosofía similar a la de los pescadores, reconociendo la importancia de administrar los recursos naturales con inteligencia y racionalidad para garantizar su sostenibilidad a largo plazo.
Frente a las críticas de algunos sectores y periodistas que cuestionan sus intenciones, Ortega señaló que su objetivo es colaborar y controlar, basándose en su conocimiento del comportamiento de las especies. Rechazó las acusaciones de tener intenciones maliciosas, asegurando que su verdadero propósito es contribuir a la preservación del equilibrio natural en Misiones.
La falta de transparencia en el uso de recursos públicos también fue objeto de críticas por parte de los cazadores auto convocados, quienes demandan explicaciones sobre el destino de los fondos destinados a iniciativas de control, como el supuesto programa de vigilancia con drones. “Uno se pregunta, ¿dónde se fue esa plata? ¿Cómo se gastaron esos recursos?”, cuestionó Ortega en la entrevista.
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