Hasta el momento se reportaron 40 muertos, siete desaparecidos y más de 163.000 familias damnificadas, según el último informe oficial del Viceministerio de Defensa Civil.
La intensa temporada de lluvias que afecta a Bolivia desde noviembre de 2024 causó un saldo trágico hasta el momento: 40 muertos, siete desaparecidos y más de 163.000 familias damnificadas, según el último informe oficial del Viceministerio de Defensa Civil, encabezado por Juan Carlos Calvimontes.
En este sentido, la crisis, que se prevé continuará hasta abril de 2025, desbordó los recursos de varias regiones y presenta nuevos desafíos a medida que avanza la temporada.
El informe detalla que el número de afectados sigue aumentando, especialmente tras un deslizamiento de tierra ocurrido esta madrugada en una urbanización de la ciudad de La Paz, capital de Bolivia. El deslizamiento afectó a 80 viviendas y se debe a la saturación del terreno, sumada a la composición pedregosa de la zona, que permitió que el agua penetrara en la tierra, provocando el desastre. Este evento ha puesto en alto riesgo a los residentes y a la infraestructura local.
La Alcaldía de La Paz declaró la zona como “inhabitable”, recordando que las viviendas afectadas no contaban con los permisos de construcción necesarios. Para evitar mayores tragedias, las autoridades ordenó la evacuación de las familias y advierten sobre el peligro de nuevos derrumbes, instando a la población a mantenerse alejada de las áreas de riesgo.
El impacto de las lluvias fue devastador. Hasta el 9 de marzo, 163.193 familias fueron afectadas y más de 1.000 viviendas fueron dañadas, en su mayoría en el departamento de La Paz, según el último informe de Defensa Civil. En total, 105 municipios han sufrido las consecuencias de las lluvias, y 37 de ellos han sido declarados en desastre municipal. La situación es tan grave que varias regiones agotaron sus recursos para atender la emergencia.
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El viceministro Calvimontes alertó sobre la gravedad de la situación y pidió el apoyo urgente del Poder Legislativo para aprobar dos créditos internacionales destinados a la emergencia. Estos fondos, por un total de 325 millones de dólares, provendrían de la Corporación Andina de Fomento (CAF) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El Gobierno central está asumiendo gran parte de la atención de la crisis, ya que muchas gobernaciones y municipios se encuentran desbordados por la magnitud del desastre.
Bolivia enfrenta así un período crítico, donde las lluvias no solo han causado pérdidas humanas, sino también materiales, afectando la infraestructura y la vida diaria de miles de ciudadanos. La respuesta del Gobierno, junto con la cooperación internacional, será crucial para mitigar los efectos de esta emergencia climática que aún no da señales de amainar.
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Fuente: (Noticias Argentinas)