La candidata de Juntos por el Cambio volvió a referirse a su pasado en la Juventud Peronista, luego de que el ultraliberal la acusara de “poner bombas” durante la década del ’70. Y lo destrozó: “Lo peor de la vida es ser violento a la edad que él tiene”.
En el marco de la campaña presidencial, Patricia Bullrich salió a responder las virulentas acusaciones de su oponente de La Libertad Avanza, Javier Milei, quien la acusó de “poner bombas” y asesinar personas en la década del ’70, cuando la ex ministra de Seguridad militaba en la Juventud Peronista.
El candidato ultra liberal dijo jueves a TN desde que se metió en política ya no profiere insultos. “Es profundamente injusto y violento lo que me hacen”, se quejó el neomenemista. “Por eso a mí ya me juzgaron y me condenaron varias veces. Es algo que no hago más y sin embargo todo el tiempo lo están trayendo”, añadió el economista.
“Se imaginan si a los de Juntos por el Cambio, que les encanta hacer esto, le estemos todo el tiempo diciendo ‘Bullrich era montonera y metía bombas en los años 70’. Cuando venga Bullrich dígaselo con tono inquisidor, acusándola. Eso sí es delito, elevar el tono no es delito tiene que ver con las formas. Meter bombas sí es un delito”, disparó Milei.
Ante esto, Bullrich replicó: “Todos los argentinos saben que yo fui de la Juventud Peronista, nadie lo desconoce, lo dije toda mi vida, todo el mundo lo sabe. Lo que está diciendo no tiene ninguna originalidad”, respondió Patricia en La Nación +. “No solamente no escondo mi historia, sino que digo que mi historia es parte de mi personalidad. Soy una persona que toda mi vida me jugué por lo que pienso”, continuó Bullrich tras volver a compararse con Mujica, Bachelet y Rousseff.
“Es mentira lo que (Milei) dice que tengo las manos manchadas de sangre. No tengo las manos manchadas de sangre, tenía 16 años”, afirmó Bullrich, saldando toda la cuestión sobre si participó o no de actividades terroristas, cuando parte del peronismo había pasado a la clandestinidad.
Y por último, Bullrich retrucó al “libertario”, enrostrándole una de los rasgos más salientes de su discurso, el mismo que le sirvió para ganarse el llamado “voto bronca” contra la clase política argentina. “Lo que él dice, lo dice con un nivel de violencia donde su violencia a los 53 años es peligrosa. Yo a los 53 años no fui violenta, ni a la edad que tengo soy violenta, porque uno aprende en la vida. Lo peor de la vida es ser violento a la edad que él tiene”, sentenció Patricia.