En una conferencia de prensa en la que defendió la política salarial de la provincia, que desembocó en protestas masivas de docentes, médicos, enfermeros y policías, entre otros estatales, el ministro de Gobierno opinó que los salarios no deben cubrir una canasta de pobreza para una familia tipo, porque en ese grupo familiar, los dos adultos deben aportar ingresos en dinero. La postura trata de invisibilizar el tiempo que toma el cuidado y crianza de los hijos.
Con una provincia al borde del estallido social y miles de docentes, empleados de Salud Pública, policías y penitenciarios, el ministro de Gobierno Marcelo Pérez brindó una conferencia de prensa en la que defendió la política salarial de ajuste del gobierno provincial, que deja a los trabajadores estatales y a los agentes de la seguridad pública, con sueldos que no alcanzan la línea de la pobreza, e inclusive, la línea de indigencia.
Luego de defender los números de recomposición salarial que el gobierno provincial impuso a los uniformados, sin acordar con los referentes de la protesta policial que se desarrolla desde hace más de 10 días, Pérez brindó su particular punto de vista respecto del nivel que deben tener los salarios. De forma inédita, el funcionario opinó que los salarios no deben cubrir una canasta básica total –que determina el umbral de la pobreza– para una familia tipo, porque en ese grupo familiar “los dos adultos” deben aportar ingresos en dinero.
“Es un error conceptual que un salario esté por encima de la canasta básica o que un salario debe arrancar por encima de la canasta básica. ¿Por qué es un error conceptual? La canasta básica está compuesta para una familia tipo de matrimonio o parejas con dos hijos. y para que esa canasta básica se conforme, debe haber más de un ingreso. Es decir, las dos personas con capacidad de ingresar a la familia deben obtener ese ingreso”, sostuvo el ministro ante los periodistas en lo que fue la última pregunta permitida, por lo que no hubo chance de una repregunta.
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Sin sonrojarse, Pérez sostuvo que “también hay una medición que es la canasta básica per cápita. La canasta básica per cápita, según el INDEC, está en $268 mil. Cualquier salario de la administración pública puede superar esa canasta básica per cápita. Y el salario mínimo”, opinó el ministro, en defensa de los actuales niveles salariales de los uniformados de Misiones, que están entre los más bajos del país.
Cabe remarcar que la postura del ministro Pérez, busca invisibilizar el trabajo y el tiempo que toma la crianza y cuidado de los hijos, que uno de los dos miembros de una pareja debe llevar a cabo mientras el otro miembro, en este caso, agente de seguridad pública, está cumpliendo un turno laboral. Si los dos miembros de una pareja deben tener un trabajo remunerado o deben garantizar ingresos para conformar la canasta básica total de una familia tipo –que, por otra parte, no incluye el costo de un alquiler–, entonces un tercer adulto debe hacerse cargo de la crianza y el cuidado de los niños.
O bien, estos deben quedar solos abandonados a su suerte, mientras los tutores legales están trabajando o realizando actividades económicas por ingreso dinerario, de acuerdo con la postura del ministro. Este tipo de planteos adolecen de un sesgo patriarcal, al considerar que el trabajo de crianza no debe ser remunerado, ni siquiera de forma tácita, a través del ingreso de un agente.
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De hecho, existe una medición que el ministro Pérez prefirió omitir, porque desarma su, para muchos, bochornosa defensa de los actuales salarios de miseria que paga la provincia a los policías de los escalafones más bajos. Es la canasta de crianza que elabora el INDEC.
Según informó el instituto nacional de estadísticas y censos, el valor mensual de la canasta de crianza, para cada uno de los tramos de edad, correspondiente a abril de 2024 es de $309.616 para los menores de un año, de $367.765 para los niños y niñas de 1 a 3 años, de $308.416 para los de 4 a 5 años y de $388.010 para los de 6 a 12 años.
Si estos montos se suman a la canasta básica total per cápita de $268.012, los montos rondarían los $600 mil por cada hijo, siempre dentro de este planteo superficial y limitado del ministro Pérez, que, vale recordar, no participó en ninguna de las negociaciones con los referentes de la familia policial en la presente coyuntura de crisis.
Más allá de que resulta evidente que los números de Pérez no cierran de ninguna manera, los que argumentó públicamente el cuestionado ministro, lo dijo otro funcionario renovador, según revelaron docentes que participaron de paritarias en el sector educativo. Se trata del exministro de Educación Miguel Sedoff, que en una mesa salarial con docentes opinó que si a una maestra de grado no le alcanzaba con el sueldo que se pagaba en la provincia, debía buscarse una pareja policía y de tal forma, entre ambos sueldos, alcanzarían a cubrir una canasta de la pobreza.
Dura crítica al ministro Pérez por plantear que “el salario no debe cubrir la canasta básica
En términos sociológicos y antropológicos, es una aberración considerar que un salario únicamente deba permitir solventar el costo de una canasta básica per cápita, entre otras cosas, porque los seres humanos son sociales y dependen de las relaciones y de la colaboración para sobrevivir.
Al respecto, basta recordar el argumento de la antropóloga norteamericana Margaret Mead, que hace más de 50 años explicó que el primer signo de civilización en la cultura humana fue un fémur fracturado y luego sanado. En uno de sus célebres cursos sostuvo que en el reino animal, si un individuo se fractura una pierna, irremediablemente muere, porque no puede “huir del peligro, ir al río a beber, ni buscar comida, y te conviertes en una presa fácil.”
“Ningún animal sobrevive a una pierna rota el tiempo suficiente para que el hueso sane. Por ello, un fémur roto, que se ha curado, es la prueba de que alguien se ha tomado el tiempo para quedarse con la persona accidentada, le ha vendado la herida, la ha llevado a un lugar seguro y la ha ayudado a recuperarse. Ayudar y cuidar a alguien cuando tiene dificultades es el momento en que comienza la civilización”, explicó la antropóloga, demoliendo argumentos como los de Pérez y Sedoff, que propugnan una existencia alienada y aislada.