Con la llegada de bastidores, pisos y barandas, avanza la reconstrucción de las pasarelas de garganta del diablo, afectados por la crecida extraordinaria del año pasado. Estos elementos son claves y llegan como parte de la inversión realizada para restaurar el paseo a la máxima maravilla dentro del Parque Nacional Iguazú.
Debido al avance de las obras se espera que el proyecto de reconstrucción concluya para las vacaciones de invierno en el mes de julio, garantizando la funcionalidad y seguridad de las pasarelas para los miles de turistas. La empresa concesionaria expresó en redes sociales el rápido accionar de la empresa en la construcción de los tramos de pasarelas que son fundamentales.
El 30 de octubre de 2023, el Iguazú alcanzó un caudal de 24,2 millones de litros por segundo, 16 veces más que el caudal normal; lo que provocó que se desbordaran y cubrieran las pasarelas. El acceso al mirador de la “Garganta del Diablo” fue clausurado por razones de seguridad.
Aumento del caudal del rio y un espectáculo majestuoso
El Parque Nacional de Iguazú viene experimentando un espectáculo natural impresionante, con el aumento diario del caudal de agua, alcanzando el miércoles último el pico esperado de 8 millones de litros por segundo, surcando las majestuosas Cataratas. Los visitantes que tuvieron la oportunidad de visitar estos días disfrutaron de un bello momento con la naturaleza, con unas caídas impresionantes. Esta crecida no afectó ninguna de las pasarelas.
De acuerdo con los registros de la Compañía Paranaense de Energía (Copel), ayer el caudal se mantenía en los 2,3 millones de litros por segundo. En la víspera, la jornada fue lluviosa durante gran parte del día por lo que el caudal de agua del lechos fluvial señalado podría aumentar nuevamente.
La crecida registrada desde el pasado sábado y que fue subiendo de volumen de manera gradual, no guarda relación directa con las inundaciones que asolan el estado brasileño de Rio Grande do Sul.
El aumento del río Iguazú, que nace en la región metropolitana de Curitiba, capital del vecino estado brasileño de Paraná, y que fluye en dirección este-oeste, se debe principalmente a las fuertes precipitaciones registradas en su cuenca alta, especialmente en el suroeste de dicho estado.
Este incremento del flujo, que suele ocurrir varias veces al año, no solo aumenta el volumen de agua que cae por las cataratas, sino que también modifica su color, tornándose de un marrón intenso debido a la remoción y transporte de sedimentos del suelo de las orillas del río.
El caudal promedio considerado normal del río Iguazú es de 1,5 millones de litros de agua por segundo, pero esta semana fue incrementándose hasta llegar a los 8,3 millones, más de cinco veces de su valor normal. Este aumento del flujo transforma el paisaje de las cataratas, haciéndolas aún más impresionantes y rugientes.
Las Cataratas del Iguazú, un ícono natural de América del Sur, no solo nos deleitan con su belleza incomparable, sino que también nos recuerdan la fuerza de la naturaleza y la importancia de cuidar nuestro planeta.
El Parque Nacional Iguazú, que alberga las cataratas, tiene una superficie de 67.620 hectáreas en Argentina y 25.350 hectáreas en Brasil, para un total de 92.970 hectáreas. Están compuestas por 275 saltos, con alturas que varían desde los 60 metros hasta los 80 metros.