Daniel es un artesano de 65 años originario de la provincia de Buenos Aires, forjó una carrera creando arte a partir de materiales reciclados. En su taller, ubicado al fondo de su hogar en Candelaria, mientras sonaba de fondo música de Joaquín Sabina y Las Pastillas del Abuelo, compartió con el equipo de redacción de Radio Up su historia y visión del arte.
«Siempre me gustó el arte desde chico», afirmó Daniel mientras toma mate. «Siempre autodidacta, siempre hacía cosas». Su trayectoria comenzó con bijouterie, pero pronto se adentró en el reciclaje creativo, empleando latas, hierros y metales para dar vida a sus obras. Nacido y criado en Buenos Aires, eligió la Tierra Colorada para vivir y echar raíces.
La inspiración detrás de su arte surgió de la necesidad de darle un nuevo propósito a los materiales desechados. «Veía que era una cantidad de material que se tiraba», explicó. «Entonces decía, esto no se puede, no nos puede suceder tirar las cosas, si todo se transforma». Y comenzó a producir material con latas, hierros, vidrios, repuestos que no servían de autos y motos.
“Trato de hacer decoración funcional, por ejemplo los porta sahumerios, son un recuerdo de Misiones, de Posadas, pero sirven para aromatizar” explicó. Reconoce la riqueza del arte regional de Misiones, pero destaca que su trabajo se distingue por su enfoque urbano y el uso predominante de latas y hierros. «Yo lo mío es más urbano», señaló «porta sahumerios, porta espirales, todo cosas de chapa hierro».
A pesar de vivir en Candelaria la ausencia de ferias lo llevó a participar en Posadas, en el Parque Paraguayo y la plaza 9 de Julio. “Nos habían prometido en ese momento que iba a haber un lugar para los artesanos en la Plaza 9 de Julio peeo eso nunca sucedió. Nos terminaron mandando al paseo Bosetti, que si bien el lugar es lindo, conocido, todo, pero hay un aura ahí, que no se vende nada” agregó. Finalmente terminó vendiendo en el cuarto tramo de la costanera de Posadas y posteriormente en la Plaza Central de Candelaria.
«Participé en varias ferias, en el Litoral, la fiesta de la madera, al festival aéreo», pero recalcó que “es un gasto aparte, podés ir y no vender nada, como ir y vender todo, es suerte, pero también gasto” y señaló que “fue una de las decisiones por las que me sumé también a los feriantes de Candelaria, es cerca de mi casa, era suerte, pero era cerca”.
A pesar del reconocimiento por su trabajo y participación en ferias fuera de Candelaria, Daniel enfrenta desafíos en el ámbito cultural y comercial. «Todo se hizo a pulmón porque al intendente nunca le interesó la cultura», lamentó. «La Secretaría de Cultura no tiene presupuesto, así que la serenata del 2 de febrero, de nuestro pueblo, por ejemplo, tuvo que ser montada con la ayuda de un vecino».
La organización de la feria se realizaba entre los participantes «había que pagar un canon, eran $50 pesos entre cada uno, recaudábamos para comprar los cables de luz, porque la Municipalidad nunca nos dio eso». Además, para fomentar la participación de los vecinos se realizaban avisos por las radios, difundían flyers y se sorteaba una canasta con alimentos no perecederos. «Cada uno tenia que decir qué llevaba ese sábado, se armaban canastas y para participar tenías que comprarle algo a algún artesano, la gente desde donde pudo siempre ayudó».
«Pero llega un punto es que es insostenible, la falta de apoyo municipal dificulta la organización de eventos y la promoción del arte local», comentó. Además, mencionó que «necesitaría que la Secretaría de Cultura trabaje con más apoyo, ellos hacen lo que pueden siempre pero con su bolsillo». A pesar de los obstáculos, Daniel se mantiene firme en su compromiso con el arte y el reciclaje. «Estoy en otro proyecto que ya más adelante va a salir», reveló. «Siempre hay que mirar hacia adelante y seguir adelante, a pesar de las dificultades».
Mencionó que «la vida de un artesano no está libre de desafíos, especialmente en tiempos de crisis económicas» en referencia a la vivida por la pandemia del COVID-19, que lo llevó a experimentar con la tecnología «me parece buenísimo poder vender online», comentó. «Uno tiene que ir progresando, mirando para adelante».
La belleza del arte reciclado
«Antes se les decía ciruja a los que juntaban de la basura, hoy juntamos en los Eco Puntos» relató Daniel. «De ahí saco mucha materia prima limpia para mis artesanías, me juntan en las casas de ellos y en vez de tirar la basura o me las trae o yo las paso a buscar»
Pero advirtió que ante esta nueva tendencia de reciclaje se comenzó a monetizar agregándole un valor «hay cosas que antes tiraban o regalaban, ahora ya ahora todo te quieren vender. Por ejemplo, los pallets de madera ante los prendían fuego directamente, vieron que la gente quiere «. Daniel realiza parrillas transportables que las crea a partir de garrafas de aire acondicionados que hoy, ya no las consigue a menos que pague.
Daniel anhela que haya un mayor reconocimiento al artesano: «No solo yo hago un esfuerzo para conseguir materiales; muchos lo hacen, el artesano tendría que ser respetado -reflexionó- aunque por años se creó una imagen negativa sobre el artesano «no hay una ley que nos proteja, no tenemos problemas, entre nosotros solucionamos todos los problemas conversando».
Con 45 años dedicados al arte, Daniel continúa desafiando las adversidades y creando obras que fusionan la identidad, el reciclaje y la creatividad. A través de sus manos, las latas y los hierros cobran nueva vida, recordándonos el poder transformador del arte en la sociedad.