Kristalina Georgieva valoró el rebote de la economía argentina y su reducción de la inflación, pese al complejo escenario internacional marcado por guerras comerciales y proteccionismo.
En la antesala de las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) en Washington, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, anticipó un recorte en las proyecciones de crecimiento global para este año, aunque descartó un escenario de recesión. “Habrá una desaceleración, pero no una recesión”, aclaró la funcionaria.
El principal motivo de esta revisión a la baja es el aumento de las tensiones comerciales a nivel global, que erosionan la confianza en el sistema multilateral. Según Georgieva, estas guerras comerciales —que comenzaron con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca— ya están provocando barreras arancelarias y no arancelarias, encareciendo los costos de insumos importados y afectando negativamente la productividad, en especial de las economías más pequeñas.

En ese contexto, la directora del FMI fue optimista con respecto al caso argentino. Pese al escenario internacional adverso, el organismo mantiene su proyección de crecimiento del 5,5% para Argentina en 2025, tal como fue incluido en el último staff report del acuerdo con el país. No obstante, Georgieva aclaró que ese crecimiento “puede caer un poco” debido al entorno global.
Más allá de eso, la funcionaria elogió la recuperación económica argentina, destacando el rebote tras la recesión, la desaceleración de la inflación de dos dígitos a un dígito mensual y la reducción de la pobreza de más del 50% a menos del 40%. Afirmó que el país es “un ejemplo de grandes avances a través de reformas estructurales y disciplina fiscal”.
Otro de los temas clave del discurso de Georgieva fue la incertidumbre global. La titular del FMI alertó que la volatilidad financiera y la falta de previsibilidad en políticas comerciales afectan la inversión, paralizan decisiones empresariales y debilitan a las economías que ya arrastran altos niveles de deuda pública.
En ese marco, pidió avanzar en reformas estructurales y reconstrucción de los equilibrios fiscales y comerciales. El objetivo, aseguró, debe ser mejorar la estabilidad interna y externa, y así fortalecer el potencial de crecimiento de cada país.
El martes se conocerán los números definitivos del informe económico global del FMI, pero el mensaje de Georgieva ya dejó claro el tono: el mundo crecerá menos, pero algunos países —como Argentina— podrían sorprender si mantienen el rumbo.