Tal como lo anunció el Gobierno nacional la semana pasada, desde este lunes comenzó a regir la “liberación de importaciones” para ciertos productos, sobre todo alimentos que integran la canasta básica. Enterate cuáles son y cómo se benefician.
En busca de bajar la inflación, en especial en los precios sensibles para el bolsillo de los argentinos, el Gobierno había anunciado la apertura total de las importaciones de alimentos, la cual entró en vigencia desde este lunes.
En este sentido, y gracias a la reducción de 120 días a 30 en el ingreso al mercado de cambios, como también la suspensión de la percepción de IVA e Impuesto a las Ganancias, un gran número de artículos que integran la canasta básica se verán beneficiados.
Entre ellos se destacan las carnes bovinas, porcinas, aviar; pescados; los lácteos -desde leche fluida y en polvo a quesos duros y para untar, yogur y manteca; huevos, miel, hortalizas, legumbres (arvejas, porotos, garbanzos), frutos secos y especias.
También frutas, como bananas, paltas, ananá, naranjas, mandarinas, limones, uvas, manzanas, peras, a lo que se suman café, té y yerba mate y azúcar.
También se podrán importar cereales, como trigo, la cebada cervecera, centeno, maíz, avena, arroz, harinas; y oleaginosas como la soja y el maní, entre otros. A estos se suman grasas y aceites de soja hasta oliva y girasol.
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Para los alimentos envasados, el Gobierno facilitará el ingreso de conservas de pescado (atún, anchoas, caballa), embutidos, aceitunas, enlatados (duraznos, palmitos), pastas, salsas, pan de molde, galletitas de todo tipo, chocolates y cacao, chicles, bombones, caramelos, pastillas, dulce de leche, mermeladas, jugos, aderezos (mostaza, mayonesa) y sopas preparadas.
Entra las bebidas, se importarán con menos impuestos y con más acceso al dólar cervezas, o bebidas sin alcohol como agua mineral.
Según resaltaron desde el gobierno, esta medida alentará la importación de productos de la canasta básica cuyo precio en el mercado local sea superior al precio internacional, lo que contribuirá a una mayor competencia y, en consecuencia, a una caída en la inflación y en el nivel de precio de estos productos.
A su vez, se hizo hincapié en el hecho de que los precios de los productos de consumo masivo no reflejan hoy la nueva realidad económica.
(Con información de Ámbito)