La Fundación Libre Relincho es una protectora de caballos con el fin de reubicar equinos que fueron víctimas de la tracción a sangre (TAS). Piden conciencia a la sociedad sobre los espacios y los cuidados necesarios para tener un equino como mascota.
Vanesa Florentín, es proteccionista de animales, integrante de la fundación Libre Relincho, dialogó con “Primera Vuelta” de Radio Up 95.5 y explicó como es el trabajo que realizan con la fundación con respecto al cuidado, protección y recuperación de caballos que fueron recuperados por intervención de la justicia.
“No somos un refugio, no acumulamos animales, sino lo que hacemos es transitarlos, por decirlo de alguna manera, durante un tiempo que puede ser de un año o un año y medio, de acuerdo a cómo llegó ese animal. Ahora, por ejemplo, tenemos un caballo que se lo rescató en Iguazú, que tenía la pata rota y bueno, lo estaban montando así. Ese caballo está con nosotros ahora hace tres meses está con curaciones diarias”, explicó Florentín al ser consultada sobre el trabajo que realizan en la fundación.
Además, explicó, que una vez recuperados, los caballos son dados en adopción, teniendo en cuenta que el adoptante tenga el espacio y los recursos necesarios “nosotros lo que hacemos es darlos en adopción. Darlos en adopción significa, a través de un contrato de adopción, con seguimiento. Es muy exigente en ese contrato, o sea, que nosotros no nos desligamos del animal, sigue siendo nuestro de por vida. Nada más que lo entregamos a una familia que lo va a tener, digamos, en guarda permanente. Los animales no pueden hacer ningún tipo de deporte, no pueden trabajar. Ni siquiera pueden ser montados, son animales totalmente de compañía”.
Trabajo en conjunto con la Policía de Misiones
El trabajo de la fundación Libre Relincho reúne a varios protagonistas: por un lado, los rescatistas y por otro, la Policía. “Cuando no existía la Fundación, la Policía recibía denuncias sobre maltrato a un caballo y la primera pregunta que solían hacerse es: ‘¿qué hacemos con el caballo?’. Esto era así porque una vez secuestrado el animal no tenían dónde ponerlo”, explicó Vanesa Florentín integrante de la fundación.
Para poder actuar y rescatar a los equinos, la Fundación trabaja con denuncias formales, el animal es revisado por un veterinario y allí para poder rescatarlo se espera la actuación de un juez que otorga la guarda transitoria a la fundación. Los gastos que demanda el cuidado de los animales son muchos y requieren de una inversión importante, solventada por rescatistas, colaboradores, quienes ayudan con alimentos y vacunas.
En paralelo, «la Fundación vende abono orgánico de compostaje y huevos de “gallinas felices, porque no viven en jaulas”, resumió Florentín. Quienes quieran colaborar pueden hacerlo al 376-4175274.