El libro se trata de una segunda parte de la obra “Mengele en Paraguay”, que ofrece nuevas revelaciones sobre la historia de los nazis en el vecino país, con evidencias de la participación directa del dictador Alfredo Stroessner en brindar refugio y protección al famoso médico criminal nazi Josef Mengele, el temible Ángel de la Muerte, para escapar de sus perseguidores.
Para dar precisiones al respecto RadioUp 99.5, dialogó directamente con el autor de la obra, el escritor y periodista Andrés Colman Gutierrez quien contó detalles de libro.
La publicación es la confesión ofrecida por el encarnaceno Federico Schulz, quien fue chofer del general Alfredo Stroessner entre los años 1958 y 1960. Luego de haber guardado el secreto por 65 años, Schulz relató al historiador Andrés Morel que el propio dictador le pidió que traslade a un ciudadano alemán desde Asunción hasta la granja del colono Alban Krug, en la zona de Poromocó, Hohenau, Itapúa. Luego supo que aquel misterioso pasajero no era otro que el médico nazi Josef Mengele.
“Son nuevas revelaciones que fueron surgiendo después de la publicación del primer libro sobre la presencia de Megele, sobre todo en la zona de Encarnación, basadas en confesiones de Federico Schulz, quien fuera chofer de Stroessner ”explicó el autor.
El escritor además agregó que “con estos relatos se confirma que el ocultamiento y la protección del prófugo de la Segunda Guerra Mundial fue con la directa intervención del propio Stroessner”.
El libro incluye datos documentales sobre la estrecha relación del aviador nazi Hans-Ulrich Rudel con el régimen de Stroessner y un apartado especial, explicando qué existe de verdad sobre el presunto cadáver de Adolf Hitler, que estaría enterrado en un búnker secreto, bajo un hotel en Asunción.
“En septiembre estaremos rn la feria internacional del libro en Encarnación, ahí los interasados pueden adquirir el libro o a través de nuestra redes sociales hacemos envíos”, dijo Andrés para finalizar.
Andrés Colmán Gutiérrez nació en Yhú, un mítico pueblo del interior del Paraguay que no tenía bibliotecas, aunque si un manojo de libros atesorados en el viejo baúl de la tía Luisa, que le permitieron descubrir un mundo fantástico más allá de los muros represivos.