Así lo aseguró Carlos Vicente, leyenda misionera surgida de la cantera de Guaraní Antonio Franco y que jugó con las camisetas de grandes equipos como Ferro y Arsenal de Sarandí en el fútbol argentino, en diálogo con “Cabina Deportiva” a través de Radio Up 95.5. Además, se refirió al presente del futbol misionero e hizo un repaso por su amplia trayectoria.
Carlos Vicente es palabra mayor cuando de fútbol misionero se habla. Surgido de las inferiores de la Franja en el año 97, actualmente a sus 44 años viste orgulloso la camiseta de Jorge Gibsown Brown, pero su amor por la pelota comenzó mucho antes de eso.
“Desde muy chico, mi papá me llevó a Guaraní, a la escuelita. Yo empecé ahí en el salón, en el tinglado, hasta que después de un tiempo pasamos al campo. Yo calculo que tenía 8 años más o menos”, relató.
Vicente recordó que, además, disputaba “torneos relámpago” con su equipo del barrio Villa Cabello, disfrutando de todo lo que el fútbol tenía para ofrecerle a un pequeño de casi 10 años.
“Había torneos todos los fines de semana. De repente todo un sábado estábamos jugando y después íbamos a Garupá, porque había un torneo en Garupá también que se hacía y asi estábamos todo el tiempo”, contó.
Apodado el Hijo del Viento, Vicente evidenció su devoción por el propietario original de dicho apodo: Claudio Paul Caniggia.
“Fue un apodo siempre desde la comparación. Siempre dije que para mí, mi ídolo futbolístico o al que yo siempre seguía era Caniggia, desde muy chico. Siempre me gustaba y por ahí las similitudes de los futbolístico, en la rapidez, llevó a que me digan así”, explicó el misionero que además recibió los apodos de “rayo” y “flecha” durante su carrera futbolística.
“La verdad que fue un placer y un lujo para uno que lo comparen así”, agregó.
En el año 1997, se daría finalmente su debut con la primera división de Guaraní Antonio Franco, tan solo con 17 años, gracias a la doble competencia.
“En ese tiempo, Guaraní estaba jugando el Federal A, donde estaba Echecopar de técnico. Estaban todos apostando al federal, que en realidad el Argentino A era en ese momento y quedamos a disposición para el torneo local los que recién estábamos empezando, junto con una camada de algunos jugadores importantes y ahí fue donde se dio el debut”, rememoró Vicente.
Con una amplia trayectoria en su espalda, el misionero recordó cual fue el partido más importante que le tocó disputar y nuevamente retornó a sus experiencias en la provincia.
“El más importante quizás fue el de Candelaria, la final que ascendimos. Fue también para todos el primer ascenso, porque Candelaria llegaba como el equipo misionero que llegaba a una final después de muchos años, porque el último había sido Guarani en el 95, que pierde con Godoy Cruz y pierde el ascenso”, comentó.
“Ahí el fútbol misionero es como que tuvo una pausa, porque estuvo muy pobre futbolísticamente hablando todo ese tiempo hasta que se empezó a dar lo de Candelaria y armamos ese equipo en el 2004”, agregó.
Según Vicente, “para todos nosotros fue un partido muy importante porque teníamos un gran plantel, pero también enfrentábamos a un gran rival con un técnico. para mí en lo personal fue muy importante”.
Respecto de la actualidad del fútbol misionero, Vicente reconoció el crecimiento que ha mostrado en el último tiempo con el torneo provincial
“Es como muchos dicen: es un torneo del interior porque se ha puesto bastante fuerte, bastante duro. Todos los equipos se arman muy bien y eso hace que haya mucha competencia y que los partidos sean difíciles”, afirmó.
Además, aseguró que “hoy ya no hay un candidato firme, porque antes había un Provincial y casi siempre ganaba algún equipo de Posadas. Hoy está duro, ir a jugar al interior es bravo, y cuando vienen acá se hacen respetar también. Se ha nivelado bastante el torneo provincial”.
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Por otra parte, fue critico de la actualidad de los clubes misioneros y apuntó contra la falta de un compromiso por parte de la política para con los clubes, como si lo hay en otras provincias de la región.
“Creo que los clubes hace mucho tiempo que están abandonados por la política, cuando en otras provincias los ayudan como en Córdoba, Santiago del Estero, Salta o Formosa mismo”, señaló Vicente.
“Nosotros los misioneros estamos teniendo tantos jugadores de tanto nombre que se desempeñan hoy en el fútbol de primera con tanta calidad, pero que por la falta de apoyo, hay muchos que no terminan de llegar porque obviamente que todo pasa también por lo económico”, destacó.
Según señaló Vicente, esa falta de apoyo recae en los clubes que, “con mucho esfuerzo, tratan de sostener a los jugadores y hay que sostener a un plantel porque hoy en día cuesta un montón”.
“Yo cuando comencé veía que había mucho abandono y hoy no ha cambiado mucho. Hay algunos equipos, como Mitre hoy se lo ve un poco mejor, si bien tiene otro tipo de apoyo que por ahí otros clubes no tienen, pero me parece que desde el lado de la política y desde el lado empresarial, habría que apoyar mucho más a los clubes”, agregó.
Como figura surgida en la Franja, Vicente analizó también el presente del cuadro de Villa Sarita, y afirmó que “no se merece estar donde está”.
“Guaraní tendría que estar, tranquilamente como mínimo en un Federal A, jugando otras categorías, peleando otras cosas. Lastimosamente, hace años que lo viene intentando y no se puede dar y la verdad que uno como hincha y que nació en el club, da mucha bronca porque uno quiere ver a Guarani en otras competencias”, expresó.
“Creo que hay veces donde hay que parar la pelota, replantearse y a ver cómo encarar de vuelta todo. Pero bueno, también como dije en un principio, a veces están solos los clubes y se necesita desayuda como para poder hacer las cosas bien”, añadió.
Por último, se refirió a su etapa actual donde viste la camiseta de Jorge Gibson Brown y detalló como entrena a sus 44 años para mantenerse vigente.
“Si bien la alimentación es fundamental en un deportista, trato de sustentar lo más que pueda y fortalecer mi cuerpo porque estoy en una desventaja siempre con el tema de la edad”, dijo Vicente.
“Hoy los chicos están a full, están mucho mejor entrenados, están mejor físicamente y uno con la edad que tiene trata de soportar a veces los golpes y aguantar”.
“Después yo por mi cuenta, aparte del entrenamiento que tengo en el club, trato de ir un rato antes del gimnasio o a veces me quedo después, y estoy ahí media hora, 40 minutos haciendo un poquito de gimnasio y fortaleciendo un poquito el cuerpo”, completó.