Luego de la reunión que mantuvieron los mandatarios de las distintas provincias de todo el país con el gabinete del Gobierno Nacional el espíritu de construcción regresa a los pasillos de la Casa Rosada.
Los mensajes y reclamos de los gobernadores fueron un puntapié inicial para ir desglosando sus peticiones. Muchos de ellos son los que ven con buenos ojos esta posibilidad que se dieron, tanto el outsider como los representantes de “La Casta Política”.
Claramente del cónclave se puede inferir que es el comienzo de un largo camino que deberán recorrer en el plano de las negociaciones que “depositaría” a los gobernadores y al presidente Javier Milei, frente a frente para rubricar un acuerdo fiscal (El Pacto de Mayo).
Los dirigentes provinciales saben que “El Peluca” les pedirá un esfuerzo: resignación de ingresos provinciales, sumado al acompañamiento de una nueva Ley Ómnibus que hasta el momento volvería a pasar por el Congreso; aunque esta vez de manera simplificada, es decir con menos artículos y leyes para lograr el consenso y su posterior aprobación.
En el arte de la negociación política, casi siempre una de las partes se encuentra en condición de inferioridad, o al menos, existe alguien que tiene una ventaja. En este caso particular, daría la sensación que el presidente cuenta aún con una imagen positiva elevada y con el apoyo de sus votantes.
Aunque esto último condujo a ciertos debates, dado que los índices de popularidad e imagen positiva comienzan a descender, precipitando un” baño de humildad” al presidente que alguna vez se jactó de haber sido el más votado de toda la historia de Argentina. Es que en el balotaje 2023 obtuvo casi 14 millones y medio de votos, sacándole 10 puntos de ventaja a su rival de Unión por la Patria, Sergio Massa; aunque ahora, producto del desgaste típico que genera el ejercicio de la función y el estar al frente del Poder Ejecutivo Nacional, esos números ya no son tales según la última encuesta presentada por consultora privada CB, la misma fue realizada a mayores de 16 años durante los primeros días de marzo del 2024, en 23 provincias de todo el país.
De la medición se desprenden números que les brinda un aire de optimismo a los gobernadores: la imagen positiva del presidente mostró una disminución en 19 de las 24 provincias y comenzó a caer su imagen en comparación al mes anterior. Hasta el momento, el libertario continúa teniendo la mayor imagen positiva en la provincia de Mendoza (63.5%); mientras que el menor caudal de positividad la cosecha en Santiago del Estero con un 40.1 %.
Estos datos demuestran que Javier Milei sigue teniendo niveles muy elevados de positividad, sobre todo, en aquellos millones de argentinos que apostaron al cambio que prometió durante toda la campaña electoral del 2023 el actual presidente.
Más allá de todo, los gobernadores son “viejos zorros”, aprendieron a detectar, a olfatear la debilidad, y por sobre todas las cosas, están al tanto del desgaste y la antipatía que provoca el estar sentado en el sillón de Rivadavia, tomando decisiones que por lo general suelen perjudicar y tocar intereses económicos de determinados grupos e inversores. A esto, deberíamos sumarle que el libertario no cuenta con los números necesarios en el Congreso para aprobar la nueva Ley Ómnibus Simplificada, para lo cual es menester contar con los votos que le puedan aportar las provincias a través de los diputados y senadores nacionales.
Por el momento, los mandatarios provinciales iniciaron un proceso de unificación de fuerzas, lo cual les da un cierto “poder de fuego”; entiéndase poderío de incluir temas en la agenda presidencial y conquistar hipotéticos logros: Obras Públicas, Subsidios y otros beneficios.
Ahora bien, ¿realmente los gobernadores están abrazados al optimismo de aquel adagio que dice: “La unión hace a la fuerza”? El tema en cuestión es que delante de ellos tienen a un presidente a quien no lo invade el temor de pagar un determinado costo político para poner en orden las cuentas y los recursos del país. De hecho, la imagen positiva ha caído, pero aun así sigue adelante sin piedad con el proyecto y modelo de país que pretende lograr.