La comerciante Gladis Gómez tenía 39 años cuando fue atacada en la puerta de su despensa, presuntamente por un delincuente en moto que le disparó en la cabeza, por lo cual pasó 11 días agonizando hasta su muerte.
Sin embargo, tres años después de aquel 13 de marzo trágico, la Justicia misionera en Oberá no pudo resolver el caso ni tiene detenidos. Hasta este momento el homicidio -lamentablemente- quedó impune.
En recordatorio a la mujer, la familia organizó para las 20 horas de hoy jueves una misa en la Parroquia Cristo Rey, donde era catequista.
Su hermana Rafaela Gómez aseguró en la convocatoria que les toca vivir «tres años de total impunidad. Los que tenían que hacer su trabajo no lo hicieron o hicieron todo mal, por ende los asesinos de nuestra hermana están libres».
Agregó que pasaron «Tres años que nos arrebataron nuestra hermana y también la posibilidad de hacer justicia por ella. Tres años de dolor, tristezas indignación».
Aunque la Justicia y la Policía apuntaron a dos motochorros como los autores del crimen, el último detenido sospechado del hecho fue liberado a fines de junio de 2024, porque el de Instrucción obereño, Pedro Piris, consideró que no había elementos suficientes para imputarlo.
Como en otros casos, el crimen de Gladis Gómez quedará impune y la herida para sus seres queridos nunca podrá cerrar porque solo existe injusticia.