La autoridad monetaria tuvo resultado positivo prácticamente todos los días desde que empezó el gobierno de Javier Milei. Sin embargo, el segundo mes del año está marcado por otros compromisos y los analistas advierten que seguirán presenten las presiones cambiarias en los próximos meses.
Desde la devaluación de diciembre, el Banco Central (BCRA) logró comprar reservas todos los días salvo el 31 de enero, cuando tuvo que vender US$10 millones. Así, desde la asunción del nuevo Gobierno, la entidad adquirió más de US$6700 millones.
Sobre fines de enero, además, el FMI aprobó a séptima revisión del acuerdo y desembolsó US$4700 millones, de los cuales solo ingresaron US$2063 millones a las arcas del BCRA porque el resto se usó para pagar el vencimiento con el propio organismo. Pese a eso -y al pago de intereses de deuda a bonistas- las reservas crecieron US$4568 millones en el primer mes del año.
Esa tendencia de acumulación de reservas parece haber cambiado en febrero: aunque la autoridad monetaria compró US$604 millones en los primeros seis días del mes, las reservas cayeron US$1196 millones y cerraron este jueves en US$26.446 millones. La principal explicación fue un pago de intereses que se realizó el martes y significó una baja diaria de US$598 millones en las arcas del BCRA.
Otro frente de tensión para el Gobierno
Ya desde fines de enero, los importadores pueden volver a recurrir al mercado cambiario oficial para comprar mercadería en el exterior. Según el nuevo esquema que fijó el Gobierno, los importadores pueden acceder a dólares oficiales en cuatro cuotas a 30, 60, 90 y 120 días desde el momento en que piden la autorización.
Como las primeras operaciones se registraron sobre fin de año, los pagos empezaron en las últimas dos semanas. Sin embargo, por ahora el BCRA se las arregló para acaparar la mayor parte de la oferta de dólares. Esta última, además, podría bajar si el mercado percibe que el Gobierno puede acelerar la devaluación.
“En el corto plazo es esperable que el ritmo de acumulación siga resintiéndose en la medida que la corrección del crawling del 2% se percibe más cercana, y por el hecho de que los importadores comienzan a acceder al mercado cambiario autorizados por el BCRA”, afirmó la consultora LCG.
La acumulación de reservas es un puntal del plan del Gobierno para desmantelar el cepo cambiario a mitad de año. En esa línea, los analistas de LCG destacaron que 2024 presenta mejores condiciones de inicio por el fin de la sequía, que representaría un incremento de las exportaciones y la puesta en marcha del gasoducto, que mejorará la balanza energética.
“Ambos ayudarían a restar presión sobre las reservas. No obstante, los compromisos de deuda se acentuarán respecto a 2023: comienzan a amortizar los bonos reestructurados (US$3100 millones) y el step up de los intereses se vuelve más agudo (US$1700 millones). Sobre esto se suman pagos netos al FMI por US$2300 millones en lo que resta del año”, afirmaron los analistas de la consultora.
Y concluyeron: “No creemos que en este contexto el BCRA tenga margen para sostener el atraso del tipo de cambio por un período prologando. Vemos como probable que el dólar oficial vuelva a corregirse más temprano que tarde y que el BCRA se vea obligado a sostener los controles sobre el mercado de cambios por lo menos durante todo el primer semestre, hasta tanto pueda consolidar el proceso de acumulación de reservas”.
(Fuente: TN)