La situación de los prestadores médicos privados en Argentina atraviesa un momento crítico, marcado por el congelamiento de precios en las prepagas y las dificultades económicas del sector.
Jorge Colina, economista de Investigaciones Económicas de Adecra, dialogó con “La Mañana Informativa” de Radio Up 95.5 y brindó un análisis profundo sobre el impacto de estas políticas y las expectativas para el 2025.
“Desde que la pandemia viene con los precios muy atrasados respecto de la evolución de los costos”, explicó Colina, quien también responsabilizó al gobierno anterior por el congelamiento de precios en las prepagas.
Este congelamiento tuvo un efecto cascada que impactó a todo el sistema médico: “Cuando se congelan los precios de las prepagas, el resto del sistema de salud toma como referencia ese precio. Le terminan congelando el precio al médico, a las clínicas, a los sanatorios, y a los centros de diagnóstico y laboratorio”.
El resultado de esta política fue una insatisfacción generalizada: “Hay mucha insatisfacción en la comunidad médica porque cobra poco, tanto de las obras sociales como de las empresas de prepaga. Y también en los pacientes, que deben esperar meses para obtener un turno o pagar sumas adicionales”.
La liberación de precios y sus consecuencias
Con el cambio de gobierno a finales de 2023, la situación dio un giro drástico. “El nuevo gobierno comenzó desregulando totalmente; lo liberó al principio y los precios explotaron”, comentó Colina. Sin embargo, en abril de 2024, las autoridades ordenaron retrotraer los precios, permitiendo luego ajustes graduales por encima de la inflación.
A pesar de estas medidas, los precios de la medicina privada a finales de 2024 aún estaban un 10% por debajo de los niveles de diciembre de 2019: “Pasaron cinco años de atraso de precios, lo que deterioró la calidad de la atención. Nadie trabaja bien cuando está desfinanciado”, agregó.
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Capacidad instalada y estrategias de supervivencia
La ocupación de las clínicas y sanatorios en 2024 rondó el 85%, por debajo del 90% óptimo. “Parece poco, pero trabajar con márgenes tan justos hace que una pequeña caída signifique grandes pérdidas”, señaló.
Frente a la crisis, el sector optó por maximizar su actividad: “Los médicos llenan los consultorios y las clínicas trabajan al máximo para mantener la operatividad”. No obstante, esta estrategia fue insuficiente durante los momentos más críticos de la inflación.
El colapso del sistema privado también repercutió en el sistema público. “Cuando la medicina privada no puede responder, las personas migran al sistema público, lo que genera un colapso también allí”, destacó Colina. Este traspaso de pacientes ocurre cuando las obras sociales no cubren los costos o los tiempos de espera son excesivos.
Expectativas para 2025
El panorama para el próximo año depende de la evolución de la inflación: “Si se mantiene controlada en torno al 2% mensual, los precios atrasados podrían recuperarse hacia mediados de 2025, alcanzando niveles prepandemia en términos reales”, afirmó Colina.
Además, subrayó que la estabilidad económica podría permitir mejoras en las remuneraciones y la calidad del servicio: “Con una inflación baja, la tecnología y la profesionalización podrían elevar la calidad de la medicina privada”.
Otro desafío es resolver la deuda histórica entre el Estado y el sector privado. “Proponemos consolidar la deuda: calcular lo que el Estado debe a las clínicas por devoluciones de IVA y lo que las clínicas deben al fisco, para luego establecer un plan de pagos”, completó el economista.