Mientras que los republicanos denuncian que «la Argentina se ha desarmado unilateralmente», el ministro de Defensa Jorge Taiana confía que Joe Biden aprobará la cesión de los aviones caza Lockheed F-16 que la fuerza aérea de Dinamarca dejará de utilizar.
Los miembros del Ministerio de Defensa Nacional y la Fuerza Aérea Argentina están pendientes de la decisión del Senado estadounidense que analizarán los dos pedidos de la administración demócrata de Joe Biden, una tendiente a obtener la aprobación de la venta de aviones F-16 usados de la Fuerza Aérea de Dinamarca, a la República Argentina, en tanto, la otra solicitud, servirá para aprobar la compra de un total de 4 unidades P-3 Orión, procedentes de Noruega.
La luz verde estadounidense se encendería durante septiembre a pesar de las objeciones que suele presentar la diplomacia del Reino Unido por el embargo sobre armamento que decretó contra la República Argentina. Una restricción unilateral que impide vender a la Argentina material bélico que contenga piezas de origen británicas.
Sin embargo, los EE.UU. plantean reemplazar algunas de esas piezas y buscar modelos que no las contengan en una clara muestra del interés geopolítico por la región austral del continente americano. Además de ser una táctica para contrarrestar la creciente influencia de China, quien podría haber sido un potencial proveedor de cazas para Argentina.
Desde la segunda guerra mundial, los cazas son la principal arma con el que las fuerzas armadas consiguen la superioridad aérea sobre sus oponentes en batalla. Estos pequeños aviones militares son veloces, maniobrables y fundamentales para mantener la superioridad aérea en cualquier conflicto desatado alrededor del mundo.
A pesar de ser fundamentales para la defensa del cielo nacional, desde el año 2015 la Fuerza Aérea Argentina carece de estas aeronaves porque en diciembre de 2015 volaron por última vez los legendarios Mirage con los que los pilotos operaron desde el año 1972.
Fueron 43 años de servicio de los Mirage IIIEA, AIA, Mirage Iiib y Dagger, algunos de los modelos, que en la actualidad no tienen reemplazos a pesar de las ofertas que los funcionarios de Defensa tienen sobre sus escritorios.
En ese sentido, hay varias opciones, muchas de ellas atractivas por el financiamiento y porque logran evadir el embargo militar impuesto de manera unilateral por el Reino Unido que obliga a los países miembros de la OTAN a no vender armamento o componentes de los aviones militares que tengan piezas inglesas.Una prohibición que ha llevado a los militares y funcionarios nacionales a evaluar otras alternativas además de los F-16 de la Lockheed Martin.
(Fuente: Telefé Noticias)