Hace muy poquito tiempo, la Conferencia Episcopal Argentina publicó un documento muy interesante en torno a la devoción popular expresada en la figura del Gauchito Gil, mostrando así un profundo interés por las manifestaciones de fe popular del pueblo católico.
Lo primero que es interesante notar, y que el breve documento se toma el trabajo de explicar, es el modo de nombrar a esta devoción: “La cruz Gil”. Esta manera de llamar a este fenómeno religioso, que se ha expandido por las rutas de todo el territorio nacional, nace de la experiencia misma de la veneración a la Cruz Gil.
En efecto, dice el documento, “en la zona del paiubre, a pocos kilómetros de la ciudad de Mercedes, allí´, una cruz abandonada que recordaba la muerte de Antonio Mamerto Gil Núñez, comenzó a erigirse emblema de algunos sentimientos y emociones de muchos peregrinos y promeseros… Aunque actualmente la tumba del difunto Antonio Gil está ubicada en el cementerio de Mercedes, sigue siendo esta gastada Cruz, quitada y plantada nuevamente al margen de una ruta, el símbolo por excelencia de esta manifestación religiosa y cultural” (Cfr. 6).
Por otra parte, el documento, advierte sobre algo que preocupa a la Iglesia en torno a la devoción de la Cruz Gil. Esto es la incorporación de elementos externos que nada tienen que ver con la figura de Cruz o del Gaucho Gil. Se trata de la aparición de banderas negras que indican veneración a un personaje malévolo llamado san la muerte. De este modo, lo esotérico pareciera querer contaminar o arrebatar lo que es una expresión genuina de la cultura y la religiosidad popular.
En lo que respecta a la práctica de la devoción de la cruz gil el documento enumera algunos aspectos importantes centrados en tres temas de gran importancia al nivel de la fe: “la apertura a lo trascendente, el recuerdo de los fieles difuntos, la cruz como centro de la fe”.
Estos elementos deben ser cuidados y fortalecidos a través de la presencia cercana de los sacerdotes que por medio de la escucha, la cercanía y la valoración de los aspectos positivos acompañarán las diversas expresiones de fe popular. En este sentido el documento sostiene: “También pedimos prestar atención a las personas que llevan la imagen a sus santuarios caseros o que piden algún sacramental (bendición) vinculado a la Cruz Gil, para poder interpretar la carga de sentido religioso y de búsqueda sincera que seguramente está presente en estos casos”. (Cfr. 16)
Padre Gervasio Silva