Ecuador tuvo sus elecciones y felizmente las noticias no fueron los asesinatos, sino la sorpresa que significó que uno de los candidatos menos esperados terminara segundo en la contienda. Nuevamente el ministro de Economía y candidato a presidente del oficialismo nacional y de la renovación en Misiones, Sergio Massa, recurrió al FMI, ahora solicitando un nuevo préstamo. La Argentina revive hechos tristes con la aparición de los saqueos.
Iniciamos una semana en la Argentina con un feriado en homenaje al Libertador de América, pero también tuvimos la sorpresa de grupos organizados que decidieron recordar hechos bochornosos para el país como lo son los saqueos.
Saqueos estos que tienen una particularidad al menos en la Argentina: cuando ocurren, se aproximan tiempos de cambio, al menos en el gobierno nacional; pero también hay otra particularidad y es que los ciudadanos saquean más con el objetivo de expresar su desencanto que de llenar sus heladeras y esto lo vemos cuando nos encontramos con videos de personas llevándose zapatillas, bebidas alcohólicas e incluso televisores. Nada de esto sirve para llenar la heladera, sino más bien para describir el desencanto por la falta de oportunidades que encuentran generalmente los desclasados, aunque también en este caso pudimos ver a quienes por el mismo hartazgo encontraron en este método un modo de expresarse.
Si nos remontamos a años anteriores, en el 2001, cuando el movimiento piquetero tomó las calles y los saqueos se volvieron una auténtica manera de encontrarse con la comida, y por ello incluso, socialmente se llegó a justificar de alguna manera esa forma violenta de tomar lo que consideraban formaba parte de un derecho, como el de obtener comida y trabajo. En aquel momento aparecieron algunos defensores de esta maniobra, explicando lo imposible que es vivir sin trabajo y en consecuencia sin alimentos; en ese momento muchos de los dirigentes sociales que motivaron estas acciones eran unas inocentes víctimas de la sociedad política que estos inocentes supieron conseguir mediante el voto.
Hasta aquí los inocentes y la clase política quedó explicada; ahora bien… ¿qué pasó después del 2001 con estas ingenuas víctimas y la clase social política? Algunos de los políticos ocuparon espacios importantes, con la promesa que les daría trabajo, alimentos y que harían grande al país para poder alimentarlos; por el contrario, en lugar de darles trabajo, les dieron cientos de miles de planes sociales, les quitaron la educación y para empeorar aún más la realidad, les hicieron creer a los inocentes del momento que conseguían derechos, en un perfecto plan de manipulación que incluía que cuando los políticos de la época (entiéndase kirchneristas), tuvieran alguna dificultad electoral como la actual amenazarían a los inocentes si otra fuerza política ganara, porque ellos perderían esos “derechos”.
El inconveniente que aquí se presenta no tiene que ver con los derechos, con los fanáticos ni mucho menos con la clase política, sino más bien con los inocentes que hace poco más de 20 años traían a su tercer o cuarto hijo al mundo y estos hijos ya no son los inocentes de la época, sino que más bien son los que dicen, “ya nos cansamos de sus mentiras, queremos nuevas mentiras”.
Los actores sociales que dieron origen a los saqueos y reclamos mediante extensos cortes de ruta y tomaron de rehén a quienes también sufren las decisiones políticas de los gobernantes de turno son ahora, además de actores sociales, también dirigentes políticos, por nombrar por ejemplo a Raúl Castells quien inició su labor piquetera en la provincia del Chaco y tuvo un ascenso nacional al punto tal que fue candidato a presidente en las últimas PASO obteniendo el 0.7 por ciento de los votos; ese es el número de seguidores que tienen los que ostentan el derecho a circular por las calles y ser quienes “representan” a los más damnificados por las medidas políticas adoptadas por quienes una vez también les mintieron.
Es así como aquí surge un nuevo desafío para la clase política, pero también para sociedad toda: ¿debemos aceptar lo que nos proponen los políticos con mansedumbre bovina o debemos involucrarnos y ser responsables en las decisiones? Y, por otro lado, ¿los políticos anteriores que hablan de defender los derechos, y los nuevos que con astuta velocidad crecen como oferta electoral deben ser los salvadores de la Argentina?