La industria metalúrgica argentina atraviesa una situación crítica, marcada por caídas sostenidas en la actividad y la preocupación por el futuro del sector.
José Tamborenea, vicepresidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (ADIMRA), conversó con “El País de la Libertad” de Radio Up 95.5 y abordó las problemáticas que enfrentan las empresas y los desafíos que podrían agravar la crisis en 2025.
“Hay sectores que están fluyendo con más energía, como energía, petróleo, minería y gas”, explicó Tamborenea, destacando algunos ámbitos con números en verde. Sin embargo, la situación es dispar. “Sectores como la maquinaria agrícola tuvieron un leve repunte tras un 2023 muy malo por la sequía, pero en otros rubros, como la fundición, las caídas interanuales superan el 20%”, señaló.
El panorama general de la industria es preocupante. Los últimos datos de ADIMRA indican una caída mensual promedio del 0,9%, una disminución del 7% respecto al mismo mes del año pasado y una baja interanual del 12,9%. “Estos números reflejan que el mercado interno no está respondiendo”, sostuvo el dirigente.
Falta de inversiones y capacidad instalada subutilizada
Uno de los principales problemas es la ausencia de inversiones. “No fue un año de inversiones. Fuera de sectores específicos, como energía, la mayoría de la industria opera con niveles de incertidumbre”, afirmó Tamborenea. Actualmente, la capacidad instalada no supera el 50%, una situación que limita el potencial de crecimiento.
En este sentido, Tamborenea vinculó la crisis a la disminución del consumo interno. “Se retiró dinero del consumo masivo para cubrir servicios esenciales como agua, energía y gas. Eso aumenta el PBI, pero no genera riqueza real. Estamos en los índices más bajos de consumo de leche y carne”, aseguró. Además, resaltó que “se perdieron 11.950 pymes y 220.000 puestos de trabajo”.
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El riesgo de las importaciones en 2025
De cara al futuro, la preocupación gira en torno a la reactivación esperada en 2025. “Nos preocupa dónde terminará esa ganancia. Si se liberan importaciones, esa reactivación podría quedar fuera de la industria argentina, lo que sería devastador”, advirtió Tamborenea. La competencia con productos extranjeros subsidiados, especialmente de China, también representa un desafío. “Ni siquiera economías como Europa o Estados Unidos pueden competir con los valores de productos chinos”, explicó.
Por otro lado, el vicepresidente de ADIMRA comparó la situación con el sector del software, que ha crecido de forma sostenida gracias a beneficios impositivos y una estructura menos dependiente de la logística tradicional. “El software exporta casi 9.000 millones de dólares y genera 450.000 puestos de trabajo porque no enfrenta las mismas restricciones que la industria tradicional”, destacó.
Para Tamborenea, la solución pasa por implementar políticas industriales coherentes. “Es fundamental nivelar la cancha, reducir la presión tributaria y proteger a la industria local. Si la reactivación de 2025 favorece a los productos importados, la situación podría ser muy difícil de revertir”, concluyó.