En las pasadas elecciones, el pueblo venezolano se volcó a las urnas para demostrar el desprecio absoluto hacia un régimen desgastado y cada vez más deslegitimado. El régimen, lejos de acatar el resultado de las urnas, respondió con la única herramienta que todavía le responde, la violencia.
Las elecciones celebradas en julio de este año estuvieron marcadas por la persecución del régimen bolivariano hacia los candidatos opositores, que, no satisfechos con la proscripción de Corina Machado (candidata con mejor proyección hasta le momento), precedieron a secuestrar a sus colaboradores e inclusive intentaron detener tanto a Machado como a Edmundo González, la persona que la reemplazó en la fórmula opositora.
Los resultados fueron claros, pero continuando con la lógica chavista-madurista, respondieron con fraude y corrupción. Luego de amañar los resultados el régimen liderado por Nicolás Maduro se proclamó vencedor, sin ningún tipo de justificación ni legitimidad. El tener a todas las instituciones a disposición, el régimen no demoró en sepultar todos los reclamos opositores y hacer lo imposible para que no existan dudas de su fraudulenta victoria.
Las voces internacionales no se hicieron demorar, tanto en el continente americano como varios países del continente europeo, rechazaron la proclama bolivariana, y varios de ellos reconocieron al opositor Edmundo González como el legitimo ganador de las elecciones. Esto no escarmentó al régimen, que no solo respondió con violencia hacia su propio pueblo, sino que también rompió relaciones con varios países. Yendo aún mas lejos, intentó en numerosas ocasiones violentar la embajada argentina, hecho de una gravedad diplomática absoluta. Aclaro que mientras usted lee esta columna, el régimen aun intenta llevar a cabo dicha acción tan infame. Solamente Brasil y Colombia mantenían la esperanza en que el régimen muestre las actas que justifiquen su victoria, sin embargo, las actas nunca llegaron, y en las últimas semanas, Brasil prácticamente rompió relaciones con el régimen. Otra de las novedades fue el reconocimiento de los Estados Unidos a Edmundo González como el presidente electo, y además sancionó a 21 funcionarios del régimen, por casos de corrupción, tensando aún mas la cuerda entre ambos países.
Actualmente, el exiliado candidato opositor y para muchos, presidente electo, Edmundo Gonzales ha declarado que pretende volver a Venezuela en enero, para asumir la presidencia, esto provocó un sinfín de comentarios y reacciones, incluyendo un pedido de movilización por parte de María Corina Machado. La incertidumbre recae directamente en 2 acciones, la asunción de Trump en Estados Unidos (es de público conocimiento lo que piensa del régimen) y la posible llegada de Edmundo González, con el agravante de que el régimen se encuentra cada vez mas aislado y abandonado por históricos aliados, con el tiempo veremos cómo se irán acomodando las fichas, pero el futuro próximo avizora que nuestro continente vivirá una vez más, momentos de zozobra. Solo nos queda desear que la luz al final del túnel esta vez no sea ficticia.
Matías Lezcano…