Hace más de diez lo detuvieron mientras hurtaba diez armas de la Escuela de Policía. Más tarde no solo fue apartado de la fuerza provincial, sino que también recibió una condena de tres años de prisión en suspenso por ese hecho. Ahora es empresario y denuncia “persecución y hostigamiento” de parte ex camaradas que le exigen “coimas” en Santa Rita.
Se trata de Tiago Rodrigo Stiegelmeier, propietario de una estación de servicios en la localidad de Santa Rita y cuyo nombre no pasa desapercibido en el ambiente policíaco de la provincia.
Es que en el pasado Stiegelmeier supo integrar las filas de la fuerza provincial, aunque fue apartado de la institución cuando se descubrió un plan que el implicado encabezaba para sustraer unas diez armas de fuego, entre ellas cinco fusiles FAL, que se guardaban en el predio de Escuela de Policía, en el barrio Miguel Lanús de Posadas.
Era el 21 de marzo de 2013 cuando el por aquel entonces agente policial contactó a un camarada y le ofreció $10.000 para concretar el “negocio”, pero ese otro uniformado alertó del plan a sus superiores, quienes decidieron que montar un operativo encubierto para dar con el acusado infraganti.
Así fue como cuatro días más tarde Stiegelmeier llegó al edificio policial, entregó el dinero a su presunto cómplice y se llevó las armas aunque minutos más tarde fue detenido mientras circulaba en un automóvil con el armamento sustraído.
La causa quedó en manos del Juzgado de Instrucción Siete de Posadas y tras su elevación a juicio el expediente fue remitido al Juzgado Correccional y de Menores Dos de la misma circunscripción judicial.
Fue en 2020 que Stiegelmeier resolvió su situación procesal firmando un acuerdo de juicio abreviado en el que en admitió su responsabilidad en el hecho.
Allí se declaró culpable por los delitos de “cohecho activo y hurto agravado en grado de tentativa por ser miembro de una fuerza provincial” y recibió tres años de prisión en suspenso y dos de inhabilitación especial.
En septiembre de 2023 volvió a ser detenido. Esta vez por “entorpecer un procedimiento”.
Denuncia por coimaS
Ahora, el ex uniformado es propietario de una estación de servicios en Santa Rita y en su carácter de empresario esta semana se presentó ante la Fiscalía de Instrucción Uno de Oberá para denunciar por “persecución”, “hostigamiento” y exigencia de “coimas” a agentes policiales de su pueblo.
La denuncia fue radicada el 1 de noviembre y en esa presentación Stiegelmeier pidió que se investiga la “presunta comisión de los delitos de amenazas, daños, incumplimiento de los deberes de funcionario público, cohecho agravado y falsedad ideológica”.
Los acusados en esa ocasión son el jefe Víctor de Jesús N. y los subalternos Micaela N., Cristian B., Marcio B. y Orlando D., quienes cumplen funciones en la comisaría de Santa Rita.
El empresario denunciante sostuvo que anteriormente colaboraba con combustible para la Policía, pero dejó de hacerlo ante el empeoramiento de la situación económica.
Sin embargo, afirmó que los agentes continúan exigiéndole combustible para sus vehículos particulares y ante su negativa comenzó a ser objeto de una “persecución” con “hostigamientos” y “amenazas”.
“Hoy realmente temo por mi vida y la de mi familia, y el hostigamiento de la Policía continúa de manera diaria. Incluso, un policía me dijo que ellos no quieren venir a molestar, pero los manda el jefe, quien les pidió que me provoquen para que reaccione. Me dijo ‘cuidate que te está organizando una jugada pesada, te quiere meter preso sí o sí’”, contiene la denuncia de Stiegelmeier.
La publicación consigna además que el empresario sostuvo: “Nunca tuve inconvenientes en colaborar con combustible para el móvil policial, pero cuando las exigencias eran para los autos particulares de los policías, decidí no dar más nada, y eso agravado por la situación que padecemos los vendedores de combustible”.
Ante esta situación es que Stiegelmeier se considera víctima de “persecución y hostigamiento por no ceder más a los aprietes de los policías, ya que decidí no cedes más a las exigencias de las coimas”.
El denunciante cuenta con el patrocinio del abogado Daniel García Dos Santos.
LVM