La detención de ocho efectivos policiales que protestaban por mejoras salariales y condiciones laborales continúa generando controversia a lo largo y ancho de la provincia. Matías Orrego, hermano de Joaquín Orrego, uno de los policías detenidos en la Unidad Penal de Puerto Rico, dialogó con “El País de la Libertad” de Radio Up 95.5 y denunció la situación como una «persecución política», expresando preocupación por las condiciones precarias y el aislamiento que sufre su hermano junto con otros dos efectivos.
“Ellos están en un pabellón exclusivo, en un lugar precario donde están los tres, apartados de la población normal, que es lo único lógico que hizo el juez”, afirmó Matías, señalando que la integridad de los policías estaría en riesgo si no se mantuvieran separados.
La protesta policial, que tuvo lugar en mayo, se tradujo en dos causas penales en paralelo. Una de ellas, que investiga una supuesta sedición, surgió a partir de mensajes de WhatsApp, mientras que la otra se relaciona directamente con la manifestación de los policías. “Esto es claramente una persecución política para los policías, para los miembros de la mesa de diálogo”, denunció Matías, quien aseguró que tanto su familia como las de otros efectivos viven en constante temor por la presión judicial y administrativa ejercida contra sus familiares.
Además de las condiciones de detención, la suspensión de los salarios de los policías detenidos golpeó duramente a las familias, afectando su economía y su vida diaria. “Estamos subsistiendo. Él era el único ingreso que tenía la familia. Tiene dos hijos y el mayor ingreso venía de él”, explicó Matías, subrayando que la última liquidación de haberes de septiembre estuvo disponible pero no fue acreditada a las cuentas.
“¿Qué pasó con esa plata? ¿Por qué la liquidación estaba hecha y no le pagaron?”, cuestionó. Según Matías, el impacto económico en la familia de Joaquín es profundo, ya que la esposa de su hermano tuvo que buscar ayuda de familiares y amigos para cubrir los gastos del hogar.
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A nivel de comunidad, la situación sigue generando un fuerte rechazo. En varias ciudades de la provincia, familiares y amigos de los policías detenidos se movilizaron para exigir su libertad. Para Matías, la causa de Joaquín y sus camaradas es un ejemplo de los abusos de poder en el sistema judicial y policial. “Le hicieron las peores aberraciones que puede sufrir un personal policial activo, los tratan peor que a delincuentes”, afirmó. Además, agregó que “a mi hermano lo bajan custodiado, como si fuera un terrorista”.
La presión alcanzó también a otros familiares y miembros de las fuerzas de seguridad que se manifestaron en apoyo a los detenidos. Matías denunció que una de sus hermanas, integrante de la policía, fue sancionada administrativamente por expresar su apoyo a Joaquín en redes sociales. “A mi hermana le armaron un sumario administrativo por los estados de WhatsApp, donde pide justicia por mi hermano. ¿Te das cuenta de la gravedad del caso?”, aseguró Matías, para quien esta situación es “una locura” que refleja una represión desmedida y sin fundamento.
Ante esta realidad, Matías se convirtió en la voz de la familia, ya que los detenidos y sus camaradas temen represalias. “Tengo que salir a hablar porque mis hermanos no pueden; son miembros de la fuerza y están perseguidos, están presionados”, declaró, y reafirma su convicción de que la causa fue armada para acallar las demandas de los policías. Según él, tanto el jefe de policía como el juez son responsables directos de esta “prisión preventiva que no tiene fundamento”.