A mediados del siglo XX, un reconocido intelectual marxista planteaba la existencia de dos tipos de corrientes, la hegemónica, y la contrahegemónica.
La primera, se sostiene en el discurso dominante de aquellos que ejercen el poder e intentan acaparar todas las esferas en las cuales se ejerce el poder, dominan el discurso, la arena política, imponen su verdad a través de medios de comunicación e intentan unificar el pensamiento de las futuras generaciones a través de la educación, del lado opuesto se encuentra la contrahegemonía, esta se presenta como una alternativa a aquellos que ejercen y dominan el poder. Ya sea a través del discurso o distintas acciones, la contrahegemonía justamente busca eso, cambiar el orden establecido. Esto es lo que justamente a lo que Estados Unidos y Rusia han estado jugando desde casi mediados del siglo XX. En el contexto actual, este juego macabro entre las 2 potencias más grandes del mundo mantiene en vilo al mundo entero.
Como es bien sabido, el conflicto armado que se lleva a cabo entre Rusia y Ucrania se encuentra en una etapa muy álgida. Si bien gran parte del territorio ucraniano ha sido devastado por las tropas rusas, en los últimos, el ejercito ucraniano pudo recuperar y avanzar sobre territorio ruso, además realizó bombardeos relativamente cerca de Moscú. Además de esto, la clave para que Ucrania no haya claudicado hasta el momento, es por la ayuda de las grandes potencias de la Unión Europea, además de los Estados Unidos.
Pese a las numerosas advertencias realizadas por el gobierno ruso, los aliados europeos y la potencia norteamericana no escatimaron en asistir a Ucrania, el gobierno liderado por Volodimir Zelensky se vio fortalecido y no considera abandonar la lucha y entregarle su territorio a Putin. El gobierno ruso advirtió severamente que, si continuaba esta constante asistencia a Ucrania, el conflicto se podría volver nuclear, esto encendió las alarmas en Washington y puso en estado de alerta a la comunidad europea. Sin embargo, Rusia también se valió de sus propios aliados ya que para realizar los bombardeos constantes que se producen en suelo ucraniano, se vale de drones iranies llamados Shahed. Como es notorio, la escalada iba tomando tintes bastante fuertes, sin contar los demás países cercanos a Rusia que solicitaron y lograron el ingreso a la OTAN, valiéndose de que una de las clausulas de este organismo estipula que cualquier país miembro sufra alguna hostilidad de otro país, será considerado como un acto de guerra por todos los países miembros de la misma.
Hasta aquí, nada de lo que mencione es novedad, sin embargo, la participación de un aliado altamente peligro, si lo es. Días atrás, el secretario de defensa estadounidense Lloyd Austin afirmo que tropas norcoreanas se encuentran en territorio ucraniano. Confirmando asi que el líder supremo de Corea del Norte Kim Jong-Un, envió tropas para asistir a su aliado estratégico Vladimir Putin, ingresando a un conflicto que parece agravarse cada vez más. Corea del Norte es una dictadura manejada al antojo de la dinastía Kim, comenzando desde mediados del siglo XX, luego de la guerra de las Coreas, Kim Jong-Il, comenzó una dictadura que se extiende hasta nuestros días, sometiendo a una población entera a la pobreza y al terror, como sus fronteras son cerradas, los norcoreanos no pueden emigrar hacia Corea del Sur, y de lograrlo, debe dejar todo atrás para nunca mas volver. Sin embargo, a través de este manejo implacable del poder, lograron que Corea del Norte se convierta en una potencia nuclear y cuyo poderío militar es incalculable ya que nadie puede ingresar a dicho país sin la autorización del líder supremo.
Con el ingreso de Corea del Norte al conflicto, el escenario bélico se vuelve totalmente incierto, además, esto obliga a Estados Unidos y a sus aliados europeos a recalcular sus movimientos. Lo único claro es que ahora les toca mover a los últimos mencionados, con otro atenuante importante, las elecciones electorales estadounidenses están cada vez mas cerca y dependiendo quien resulte victorioso, la escalada puede aumentar, difícilmente disminuya. Mientras el resto miramos expectantes y rogando que la suma de todos los miedos no se cumpla, y que un conflicto mundial-nuclear sea descartado.
Matías Lezcano…