En el marco de la presentación del inventario forestal realizado por el Ministerio del Agro y la Producción de Misiones, el Ingeniero Diego Broz, vicedecano de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), aportó una mirada crítica y reflexiva sobre la situación actual del sector forestal en la provincia.
En diálogo con “El País de la Libertad” de Radio Up 95.5, Broz destacó los desafíos estratégicos que enfrenta el sector, particularmente en lo que respecta a la gestión de plantaciones envejecidas y la necesidad de ampliar la superficie forestal sin comprometer los ecosistemas nativos.
El estado actual del sector forestal
Uno de los datos más relevantes presentados por Broz es el envejecimiento de una parte importante de las plantaciones. “Nosotros tenemos una masa forestal envejecida, digamos que tienen edades de 20 años, hay un gran volumen de esa masa forestal que está estática, porque no está generando ni riqueza ni fijando dióxido de carbono, que es un beneficio ambiental”, explicó el vicedecano.
Según el relevamiento, alrededor del 19% de las 400.000 hectáreas de bosque implantado en Misiones corresponde a ejemplares viejos, con más de 20 años. Esta situación presenta un dilema: “Esa madera sigue siendo útil, es una buena madera con buen diámetro y rendimiento industrial, pero no todas las industrias tienen la capacidad de procesarla”, señaló Broz, sugiriendo que una posible solución sería incentivar la instalación de aserraderos con líneas de producción adaptadas a grandes diámetros.
Otro aspecto crítico del sector forestal en Misiones es el déficit en las nuevas plantaciones. “Las plantaciones forestales que hoy deberían tener entre uno y diez años son menores de lo que deberían estar. En los últimos diez años, las plantaciones de pino han disminuido entre un 8% y un 12%”, comentó Broz. Este descenso es preocupante porque, como explicó, “tenemos un déficit en las superficies plantadas por año, pero también una plantación envejecida que no suma desde el punto de vista productivo”.
Este desequilibrio plantea un problema estratégico de difícil resolución, ya que el mercado no siempre acompaña el crecimiento que el sector necesitaría. Broz destacó que “si queremos aprovechar toda esa masa forestal envejecida en un horizonte de 30 años, necesitamos triplicar el consumo de madera en los próximos ocho años”.
En cuanto a la posibilidad de intensificar el rendimiento por hectárea o aumentar la superficie forestada, Broz expresó una postura clara: “En lo que es intensificar la producción en la superficie, aumentar la densidad no es una política que yo apuntaría. La producción forestal, a diferencia de la agrícola, busca asemejarse al bosque nativo, salvando las diferencias, claro”. Para él, el camino a seguir es aumentar la superficie implantada aprovechando tierras degradadas, sin avanzar sobre el bosque nativo.
En este sentido, Misiones tiene la capacidad de crecer en unas 60.000 hectáreas más, lo que representaría un aumento del 15% de la superficie forestal actual. “Esa expansión no implica avanzar sobre el bosque nativo, sino aprovechar tierras degradadas para hacer plantaciones forestales”, aclaró Broz, subrayando que este enfoque permitiría un crecimiento sostenible.
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El futuro de las políticas forestales
A nivel industrial, Broz enfatizó la importancia de contar con aserraderos capaces de procesar madera de gran diámetro. Aunque la provincia cuenta con más de 500 aserraderos distribuidos geográficamente, la mayoría no están adaptados para aprovechar la masa forestal envejecida. “Lo que necesitamos es una alta productividad en el sector industrial para consumir esa madera”, afirmó, advirtiendo que los aserraderos con sistemas de baja productividad no podrán asumir este desafío.
El transporte de la madera también es un factor crucial en la toma de decisiones de los productores. “El flete siempre fue, es y será un componente estratégico en la decisión de aprovechar o no”, puntualizó Broz, destacando que los costos logísticos pueden determinar el momento adecuado para cosechar los árboles.
“Es un problema estratégico que debemos resolver para asegurar el futuro productivo y ambiental del sector”, concluyó.