Al cumplirse un año desde las elecciones generales en las que Javier Milei logró ingresar al ballotage, el balance de su primer año de mandato como presidente es complejo. Nehuén Fariña, consultor en comunicación política, dialogó con “La Última Rosca” de Radio Up y desmenuzó la situación política actual en Argentina, tanto para el oficialismo como para la oposición, ofreciendo un análisis detallado de la figura de Milei, su gestión y el estado de la oposición, especialmente con el rol central de Cristina Fernández.
P:¿Cómo evaluás el escenario actual del oficialismo?
NF: “Parece que han pasado diez años en uno. La Argentina de Milei hasta ahora fue vertiginosa. Recuerdo que en aquel entonces, el peronismo venía defendiendo una elección de 31 o 32 puntos, basándose en los números de 2021. Massa, por ejemplo, había sacado 27 puntos en las PASO, quedando lejos. Sin embargo, la recuperación de Massa fue significativa debido a cómo encararon la campaña. Milei, por su parte, apostó a entrar al ballotage y captar los votos de Patricia Bullrich, y así fue.”
P: Milei ha sido un presidente polémico. ¿Cómo ves su imagen pública y su gestión en este primer año?
NF: “Milei es uno de los presidentes más débiles, no solo en lo legislativo, sino en términos de opinión pública. Existe un mito de que tiene una muy buena imagen, pero si lo comparamos con las presidencias de Mauricio Macri, Cristina Kirchner o incluso Alberto Fernández, Milei tiene entre 20 y 30 puntos menos de imagen positiva en su primer año. Eso es clave en su análisis. Aunque ha fidelizado a su votante, la política argentina hoy está dividida entre los que están a favor o en contra de Milei. Esa centralidad es uno de sus mayores logros”.
P: Entonces, a pesar de la caída en su imagen, ¿crees que Milei sigue siendo fuerte?
NF: “Sí, aunque ha perdido control de la agenda. Durante la primera mitad del año, él marcaba el ritmo, pidiendo explicaciones a la ‘casta política’, denunciando al Estado y la situación de las arcas públicas. Pero en la segunda mitad, tuvo que dar explicaciones sobre su política económica, la pobreza, la desigualdad y la educación. Ahí es donde se complicó, porque ya no tiene la capacidad de respuesta que tenía al principio”.
P: ¿Qué rol juega la oposición en este contexto?
NF: “La oposición es muy heterogénea y desorganizada, lo que beneficia a Milei. Él tiene un bloque sólido de 40 puntos que son suyos, mientras que la oposición, aunque tiene 60 puntos, está fragmentada en figuras tan dispares como Martín Lousteau, Cristina Kirchner, Axel Kicillof o Miguel Ángel Pichetto. Eso le da ventaja a Milei, aunque su imagen siga en caída libre.”
P: Hablando de la oposición, parece que Cristina Kirchner sigue siendo la figura más relevante. ¿Cómo ves su rol en este contexto?
NF: “Cristina y Milei se retroalimentan. Desde que Milei llegó a la presidencia, la principal figura de oposición ha sido Cristina. Tienen un antagonismo que les da sentido a ambos. Sin embargo, a Cristina le cuesta proyectarse hacia el futuro. Lleva casi 20 años en la escena política y eso genera desgaste. Por otro lado, Milei se proyecta como la novedad, no tanto como presidente, sino como candidato. Aunque, al igual que Cristina, necesita oxigenación en su espacio”.
P: Entonces, ¿cómo ves el futuro de Milei y Cristina en este contexto político?
NF: “Milei tiene el desafío de reoxigenar su espacio, pero su centralidad le juega en contra cuando tiene que defender candidaturas en 24 provincias. Su partido no tiene figuras fuertes, y muchas veces ni siquiera pueden articular un discurso coherente. Del otro lado, Cristina sigue siendo la líder más popular dentro del peronismo, especialmente en la provincia de Buenos Aires. Pero el kirchnerismo necesitará una coalición amplia, similar a lo que fue Lula en Brasil o Biden en Estados Unidos, para competir con candidatos de derecha alternativa como Milei”.
P: Volviendo a las provincias, ¿cómo ves la configuración política en territorios como Misiones o Córdoba, donde Milei parece estar perdiendo terreno?
NF: “Milei ha perdido fuerza en varias provincias. En Córdoba, por ejemplo, sacó 80 puntos en la segunda vuelta, pero hoy está en 27 puntos, una caída estrepitosa. Lo que vemos es que en muchas provincias la oferta electoral se está fragmentando. Espacios provincialistas y candidatos de centro están ganando terreno, como Schiaretti en Córdoba. Este fenómeno podría replicarse en otras provincias, lo que obligará a los espacios nacionales a buscar acuerdos sectoriales”.
P: ¿Cómo se posicionan los diputados de provincias que han cambiado de postura, como el caso de Martín Arjol en Misiones?
NF: “Esos diputados enfrentan un desafío. El radicalismo ya no mide como antes. Muchos de ellos fueron elegidos en 2021, cuando Juntos por el Cambio ganó con contundencia. Hoy, el radicalismo no llega a 5 puntos a nivel nacional. Probablemente, la dicotomía entre pro-Milei y anti-Milei los deje afuera. Vamos a ver a diputados kirchneristas y de La Libertad Avanza ganando lugar, desplazando a los radicales y provincialistas”.
P: ¿Y cómo ves el futuro político en Misiones, considerando los conflictos recientes y las próximas elecciones?
NF: “Misiones, históricamente una provincia tranquila y ordenada, ha enfrentado un año difícil. Los conflictos policiales y las protestas docentes han generado un clima de descontento que antes no existía. La aprobación del gobierno provincial, que siempre estuvo por encima de los 80 puntos, hoy está golpeada. La oposición ha demostrado ser incapaz de canalizar esas demandas. Y el caso de Kiczka expuso las debilidades tanto de la oposición como del oficialismo en su manejo de la crisis”.
P: Para finalizar, ¿crees que pueda surgir un nuevo líder en Misiones capaz de capitalizar este descontento?
NF: “Es posible, pero esas construcciones llevan tiempo. La provincia necesita una reoxigenación de líderes que ofrezcan un modelo alternativo de provincia. Hoy no veo que haya un liderazgo claro en la oposición. El descontento está ahí, pero la pregunta es si la oferta política podrá canalizarlo de manera efectiva”.