Lo planteó el contador Alejandro Haene, el tesorero de la CEM (Confederación Económica de Misiones), quien subrayó que la disolución de la Administración Federal, no trae consigo una reducción de impuestos o ventajas en aportes y contribuciones que estimulen la contratación de empleados en blanco. Y recalcó que los sueldos de $32 millones de los exdirectores, es “una falta de respeto al prójimo”, en un contexto de ajuste contra jubilaciones y universidades públicas.
La disolución de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y su transformación en la Agencia de Regulación y Control Aduanero (ARCA), fue considerada meramente como un “cambio de nombres” que no implica una reducción en la carga impositiva que el gobierno anarco-capitalista heredó de la anterior administración y mantiene e incluso amplía, al empezar a cobrar IVA (Impuesto al Valor Agregado) a los diarios y medios de prensa.
“No veo, por lo menos, así a primera vista, que puedan llegar a haber cambios sustanciales en lo que hace básicamente al cobro de impuestos. Es decir, lo que estamos esperando desde el sector empresarial y también como asesor de empresas y de personas, es que bajen los impuestos”, comenzó diciendo el tesorero de la Confederación Económica de Misiones (CEM), Alejandro Haene, en diálogo con Rx – Realidad Mixta, este martes, a horas del anuncio del gobierno nacional sobre la desaparición de la AFIP.
De acuerdo con Haene, una reducción en los impuestos “sería una medida alentadora, porque sobre todo hoy, en donde las inversiones no abundan, lo que primero se fijan es cuánto es el IVA, cuánto es ganancia, es decir, tenemos todavía toda la lista de impuestos importantes que se venían cobrando y del otro lado, del mostrador pagando, todavía siguen existiendo.”
“Entonces, lo que más nos interesaría poder ver a ciencia cierta y cuanto antes mejor, es una baja de impuestos o también algún tratamiento diferencial para las PyMEs, en lo que tiene que ver, por ejemplo, con incorporación de personal, como en su momento, en los anteriores gobiernos, existían las posibilidades que cuando se tomaban personal nuevo, los aportes y contribuciones eran menores a los usuales, justamente como una forma de incentivar la creación de empleo registrado”, completó Haene en tono crítico hacia la política impositiva del gobierno ultraderechista.
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Por otra parte, Haene se mostró a favor de la ampliación de la base impositiva, en la medida que permita reducir la carga fiscal sobre el sector empresario, que toma mano de obra. “Es como pescar en la pecera o cazar en el zoológico. Es decir, siempre somos los mismos los que estamos pagando y lo que debería haber sería un ensanchamiento o incorporación de nuevos contribuyentes. Si todos los contribuyentes que hoy no pagan, pagaran aunque sea una parte mínima, a todos se nos haría más fácil porque por lógica a consecuencia deberían poder bajar las alícuotas o del IVA o de ganancias”, planteó.
Y amplió: “O en el caso de los aportes patronales también, lo que te decía recién, una especie de aliciente para poder tomar personal y que queden, como se dice comúnmente, en blanco. No bajo la figura de contratado, monotributista, bueno, todas las figuras (de precarización laboral) que sabemos que existen”, subrayó Haene.
Consultado sobre si el cambio del organismo recaudador federal puede afectar a la recaudación en sí misma, Haene explicó que si despiden a más de 3 mil empleados, se puede resentir el trabajo de inspección y recaudación, porque se van a recargar tareas sobre un plantel laboral menor, que puede llevar a un “decrecimiento de los montos recaudados”.
No obstante, Haene insistió en que desde 1983, el sector empresario aboga por una reducción en los impuestos, algunos de los cuales fueron creados durante el gobierno de la Alianza, que integró la actual ministra de Seguridad Patricia Bullrich. “En su momento (el exministro de Economía Domingo) Cavallo dijo que el impuesto al cheque (Ley 25.413, que data del 2001), es decir, a los débitos y crédito bancarios, iba a ser por tres años. Y quedó, porque hoy debe ser uno de los impuestos de más fácil recaudación. Lo mismo viene personales y así tantos otros”, fustigó Haene.
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Por otra parte, sobre la reestructuración y desaparición de la AFIP, Haene llamó la atención sobre un tema que el gobierno anarco-capitalista ni siquiera menciona, que es el que refiere a la Dirección de la Seguridad Social del desaparecido órgano recaudador. En el anuncio de la creación del ARCA, que contendrá la DGI (Dirección General Impositiva) y la DGA (Dirección General de Aduanas), el vocero presidencial Manuel Adorni no habló de la dirección de la seguridad social. “De eso no se dice nada. Yo no creo que la puedan suprimir así alegremente, porque en definitiva siempre tenía los vasos comunicantes directos eran con el Ministerio de Trabajo de la Nación”, subrayó.
“Pero en el comunicado de Adorni, de ese sector no dijo nada. Como me decía ayer un amigo: ‘o sea que el 931, que es el formulario en el que se vuelcan los datos para pagar las cargas sociales del sistema de la seguridad social, obra social, seguro de vida colectivo de trabajo, ART (Aseguradora de Riesgos de Trabajo) y demás, no existe más’”, contó Haene sobre lo que causa humor en el sector empresario. “Que se hayan olvidado (de la dirección de seguridad social) no significa que haya perimido”, opinó Haene.
Por último, Haene se refirió a los sueldos de que estaba cobrando la directora general de la AFIP Florencia Misrahi, de 32 millones de pesos mensuales. “La verdad que llama mucho la atención en una época en donde se recortan las jubilaciones, se recortan los fondos para las universidades públicas, se dejan de atender comedores y demás. Podríamos decir que es casi una falta de respeto al prójimo. Son prácticamente 100 jubilaciones ordinarias”, explicó Haene, sobre el sueldo que percibía la titular de la exAFIP, que pasará a cobrar el sueldo de un ministro, en torno a los 4 millones de pesos mensuales.