En Argentina concluyeron las PASO, en Paraguay asumió Santiago Peña Palacios como Presidente de la República, en Ecuador las elecciones que se realizan este domingo vienen con un enorme estrés social fruto de un presidente que disolvió el parlamento nacional y diversos grupos armados tomaron posición en la contienda electoral asesinando a candidatos de un sector y otro de la república hermana.
Los hechos que describí anteriormente constituyen una Latinoamérica que se escurre entre los dedos de los intereses de capitales que no siempre están ligados al capitalismo, sino más bien a la soberbia de los que se creen dueños de la patria o al menos una parte de ella.
Este interminable relato de cambios de gobierno en el cual, por un lado, se ataca a los predecesores, vinculándolos incluso con el narcotráfico, y las variables económicas que anhelan pronosticar, no son más que Latinoamérica sangrando en los dolores de las libertades que aún falta conquistar.
En estas líneas y en la semana en que recordamos (volvemos a pasar por el corazón) un nuevo año del paso a la inmortalidad del General don José de San Martín, deberíamos tener presente la hazaña de quien solamente contando con el apoyo de los referentes provinciales de la época y un estado nacional ausente que además de creerlo un iluso, decidió no entregar los recursos necesarios para tamaña tarea. Sometió su valor, su integridad junto a todo su amor por la patria por ponerse a su servicio, además de liberar, junto a valientes hombres y mujeres a la Argentina Chile y Perú.
Volviendo al plano nacional y tomando aquello de los capitales y de quienes se creen dueños de la patria, hemos vivido una semana en la cual los perdedores del kirchnerismo representados en la figura de Sergio Massa y los fanáticos del antisistema como lo son los que se ven representados por Javier Milei han gozado de las tribulaciones de una sociedad que no soporta más el dolor de no contar con estabilidad económica, la falta de empleo el temor por transitar en las calles y demás temores que usted amigo lector y quien suscribe identificamos desde que comienza el día.
Entonces esa sensación que se dio lugar antes de las PASO, cuando se vislumbró una mínima esperanza y los argentinos creíamos que podíamos contar con una unidad nacional en el deseo de elegir en paz se nubló y hoy estamos a las puertas de un nuevo proceso electoral en el cual prima los “anti” más que la razón social, esto se debe a lo dicho anteriormente, los capitales se pelean y los “dueños” de la cosa pública se horrorizan diciendo “Vienen por tus derechos”, será el derecho a tener hambre, o quizás a no llegar a fin de mes.
Estas antítesis prehistóricas me recuerdan a la entrevista que tuvieron los Libertadores José de San Martín y Simón Bolívar en Guayaquil, Colombia, en la cual se presume que San Martín sostenía la necesidad de que cada pueblo de Sudamérica fuera libre y decidiera qué hacer con su libertad; mientras Bolívar por su parte, visualizaba una anarquía que podría crecer y a la cual pretendía controlar personalmente para que se obstáculo para el desarrollo político de las repúblicas.
Con este análisis no pretendo encasillar a los candidatos en pugna; en primer lugar porque la mediocridad que los asiste y el grado de perversión que encuentro en sus palabras y propuestas se alejan mucho del valor moral de los libertadores y sumar además que hoy tenemos una fuerza que también es parte de la discusión que promueve límites a la libertad de los delincuentes y control a la anarquía de las provincias que con un modelo imperialista gobiernan hace varios años.
Es obligación de los argentinos involucrarnos en las responsabilidades, que los gobernadores que asumieron el compromiso de acompañar al candidato del Kirchnerismo como el mandatario misionero Oscar Herrera Ahuad y el tuitero Conductor del espacio misionerista asuman el compromiso de llevar tranquilidad a la sociedad y no impulsar más aún el deseo de destrucción de la patria, tal como lo viene haciendo el Kirchnerismo hace más de dos décadas en complicidad de los gobernadores actuales y anteriores.