La reciente desregulación del sistema de transporte en Argentina generó un gran revuelo en el sector, especialmente entre las pequeñas empresas de colectivos. Para comprender mejor las implicancias de esta decisión, Carlos Martignoni, empresario del transporte en Misiones, dialogó con “RX – Realidad Mixta” y expresó que no lo sorprendió la noticia de la desregulación, ya que “cuando comienza esta nueva gestión de gobierno, ellos anunciaron que iban a haber desregulaciones en diversos ámbitos”.
Martignoni destacó que el gobierno trajo a personas con experiencia en procesos liberatorios previos, lo que le da un contexto histórico a la situación actual. “Se habló mucho de privatizar, desregular, liberar en términos políticos y económicos”, comentó.
El empresario explicó que esta desregulación se centra en el transporte de media y larga distancia de jurisdicción nacional. “Es lo que implica unir una localidad de una provincia con otra como, por ejemplo, la ciudad de Buenos Aires con el resto de Buenos Aires”. En este sentido, Martignoni alertó sobre el riesgo de que las empresas que ya operan en el sector, que en muchos casos tienen estructuras monopólicas u oligopólicas, puedan abusar de esta nueva normativa.
Uno de los principales objetivos de la desregulación es atraer nuevas empresas al mercado, lo que teóricamente podría bajar los precios. Sin embargo, Martignoni se mostró escéptico: “¿Para qué hay que desregular? ¿Qué es lo que se busca cuando desregular? ¿Quiénes van a ingresar? ¿Van a ingresar nuevas empresas?”. En este sentido, afirmó que “los recorridos que sean menos rentables probablemente se abandonen”.
El decreto que acompaña la desregulación establece un plazo de 60 días para la implementación de los cambios, lo que llevó a Martignoni a cuestionar si realmente se cumplirá con los objetivos propuestos. “Hay un concepto que se llama silencio positivo, o sea, si cumplís con ciertas normativas y requisitos, te van a dar un permiso en días”, explicó. Sin embargo, alertó sobre las regulaciones existentes en la provincia que pueden limitar esta libertad.
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“Las actividades están muy reguladas. Lo que es el transporte acá depende de la provincia”, afirmó Martignoni, quien también destacó la situación del transporte urbano, que “tampoco se habla de ningún tipo de regulación”. Esta alta regulación, según él, llevó a la aparición de aplicaciones que compiten con los servicios tradicionales, lo que resultó en una disminución de la calidad de vida de quienes dependen de esos trabajos.
Al abordar la situación actual del sector, Martignoni señaló que, a pesar de las dificultades, las empresas lograron mantener una estabilidad tarifaria. “Estaríamos bien a términos de tarifario. Pero el bolsillo del usuario lo ha sentido porque la inflación y la falta de actualización de salarios ha hecho que los pasajes estén caros”, explicó. Sus pasajeros son, en su mayoría, “trabajadores, docentes y estudiantes”, quienes también sufren por la situación económica.
De cara al futuro, el empresario anticipó que los próximos meses serán desafiantes. “No podemos decir, bueno, mañana que se lleve poca gente no salimos, no. Lo hacemos y asumimos la realidad del servicio”, concluyó Martignoni.