En el curso de su 45° viaje apostólico por Asia y Oceanía, el Papa Francisco llegó a su tercera de las cuatro escalas previstas. A las las 14.20 hora local, el avión en el que viajaba aterrizó en Dili, capital de Timor Oriental, la más oriental de las Islas Menores de la Sonda, en el sudeste asiático, donde los católicos constituyen casi la totalidad de la población.
Procedente de Port Moresby, el obispo de Roma llegó al aeropuerto internacional Presidente Nicolau Lobato, tras haber recorrido poco más de dos mil quinientos kilómetros.
Durante esta jornada los actos públicos que protagonizará el Santo Padre son la ceremonia de bienvenida, en el exterior del palacio presidencial a la que seguirá su visita de cortesía al presidente de la República en el mismo edificio y, posteriormente, su reunión con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático en el salón del mencionado palacio.
El avión en el que viajó el Obispo de Roma se detuvo en el área reservada para las ceremonias del aeropuerto de Dili y el nuncio apostólico, monseñor Wojciech Zaluski, arzobispo titular de Diocleciana, junto al Jefe de Protocolo de Timor Oriental subieron a bordo por la escalera delantera para saludar al Papa, quien inmediatamente descendió en ascensor.
El Papa fue recibido por el presidente de la República, José Manuel Ramos-Horta, y el Primer Ministro, Xanana Gusmão, así como por el nuncio apostólico, el arzobispo Wojciech Zaluski, mientras que, como es habitual, dos niños vestidos con trajes tradicionales ofrecieron a Francisco flores junto con un tais, un pañuelo tradicional timorense.
Fueron catorce las personas, con traje tradicional y en representación de los catorce municipios del país, quienes acogieron a Francisco de camino a la Sala del aeropuerto. Y, al final, tanto el presidente de la República como el Primer Ministro despidieron al Papa, quien se trasladó hasta la nunciatura apostólica distante a unos seis kilómetros del aeropuerto.
(Fuente: Aica)