Durante los 5 años de su Gobierno, el ahora expresidente Benítez atravesó dificultades económicas y tensiones internas, además de la pandemia de COVID-19.
Mario Abdo Benítez se impuso por un estrecho margen en las elecciones de abril de 2018, logrando el 46,47 % de los votos, seguido por Pedro Efraín Alegre Sasiain, de la Alianza Ganar, quien obtuvo el 42,72 %.
Hijo del que fuera secretario privado del dictador Alfredo Stroessner, quien gobernó Paraguay durante 35 años, Abdo Benítez ha dicho que Stroessner «hizo mucho por el país». Aunque también ha aclarado que no comparte la violación a los derechos humanos que tuvo lugar en esa época.
Llegó al poder siendo propietario de dos empresas proveedoras del Estado paraguayo, pero participaba en política al menos desde 2004.
Tras fundar el movimiento «Paz y Progreso», basado en un eslogan de la dictadura stronista, militó en el Partido Colorado y obtuvo su primer cargo electo en 2013, cuando se convirtió en senador, banca que retuvo hasta llegar a la presidencia, en 2018.
Los intentos de juicio político
Mario Abdo Benítez se enfrentó a dos intentos de juicio político en su contra, ninguno de los cuales prosperó.
El primer intento ocurrió en agosto de 2019, debido a un polémico acuerdo de compra de energía a la hidroeléctrica binacional Itaipú, compartida con Brasil. Se acusó a Abdo Benítez de mal desempeño y «traición a la patria», pero el acta se anuló y se desactivó el juicio político.
La iniciativa del segundo juicio, por supuesto mal desempeño en sus funciones para enfrentar a la pandemia de covid-19, surgió en 2021 tras más de una semana de protestas ciudadanas en Asunción, que denunciaban la escasez de medicamentos para pacientes con covid-19 y el inminente colapso de los hospitales por un brote sostenido de la enfermedad.
Desempeño económico
La economía paraguaya, estable, pero muy dependiente de la producción agrícola y la energía hidroeléctrica, experimentó dificultades durante los años de Abdo Benítez debido a la sequía y las condiciones climáticas, de acuerdo con un informe del Banco Mundial.
Tras crecer un 3,2 %, en 2018, el año de asunción de Abdo Benítez, el producto interno bruto (PIB) cayó un 0,4 %, al año siguiente, y un 0,8 %, en 2020, cuando impactó de lleno la pandemia, de acuerdo con datos del Banco Mundial.
Como sucedió en otras partes de la región, la economía paraguaya rebotó un 4,1 %, en 2021, a medida que se levantaban las restricciones impuestas para frenar el avance del covid-19, pero en 2022 volvió a caer un 0,3 %.
En consecuencia, la pobreza (medida por el Banco Mundial como porcentaje de la población viviendo con hasta US$ 6,85 al día) se estancó y se encontraba en 19 %, en 2022, es decir en niveles anteriores a la pandemia. Pero la pobreza extrema continuaba subiendo y alcanzó al 5,2 %, en 2022.
Política Exterior
Abdo Benítez ha sido muy crítico de su predecesor, Horacio Cartes, y a poco de asumir la presidencia, en 2018, dio marcha atrás con una de las principales medidas de Cartes: movió a la embajada de Paraguay en Israel de vuelta a Tel Aviv, tras un breve tiempo en Jerusalén.
Por otro lado, a comienzos de 2019, el mandatario de Paraguay anunció la ruptura de las relaciones diplomáticas con Venezuela, como respuesta a la toma de posesión de Nicolás Maduro como presidente para el periodo 2019-2025.
La decisión se tomó en el marco del Grupo de Lima, del que Paraguay forma parte, y en el contexto de que 13 de los 14 cancilleres países miembros rechazaron el nuevo periodo de Maduro.
Fuente: CNN en Español.