En un giro inesperado para la industria maderera de Misiones, Román Queiroz, empresario de renombre y parte de la tercera generación que ha gestionado la empresa COAMA, confirmó la venta de la firma con sede en Eldorado. Con 80 años de historia, la empresa ha sido un pilar en el sector, pero la complejidad de la estructura societaria y los desafíos económicos del país han llevado a los accionistas a tomar esta decisión.
En diálogo con “Realidad Mixta” de Radio Up 95.5, Queiroz comentó que “somos muchos socios, pocos directores, pero muchos socios”, subrayando uno de los principales motivos detrás de la venta.
“A veces lo más sano es dar un paso al costado y vender la industria a gente que tenga menos accionistas para poder tener toma de decisiones más veloces, más frescas”. La empresa, que se ha enfrentado a los vaivenes de la economía argentina, necesita inversiones significativas para mantenerse competitiva, especialmente en un mercado donde la forestación propia se ha vuelto esencial. “Hoy, en el sector foresta-industrial, si no tenés forestación propia, es muy difícil el negocio”, añadió Queiroz.
La compañía, fundada por su abuela en 1944, ha estado en manos de la familia Queiroz durante ocho décadas. Sin embargo, la cuarta generación ya está “pidiendo pista”, lo que ha influido en la decisión de vender.
El comprador es un grupo local, la familia De la Rosa de San Vicente, quienes asumirán la dirección de la empresa en las próximas semanas. “Estamos en etapa de transición”, comentó Queiroz. “Ellos ya están acá en la industria, junto con nosotros, pero seguramente en dos o tres semanas ya De la Rosa desembarcará acá solos y tomando decisiones”.
El sector maderero en Argentina enfrenta un escenario complicado, con una apertura de importaciones que amenaza la competitividad de las empresas locales. “El poco mercado que hay, nos lo peleamos entre las pocas industrias que somos”, dijo Queiroz, refiriéndose a la competencia con productos de Brasil y China.
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No obstante, se mostró optimista sobre el futuro de la empresa bajo la nueva gestión. “Esta gente está dispuesta a hacer las inversiones necesarias para poder bajar los costos y poder seguir manteniendo mínimamente la fuente laboral, que es lo que más nos importa a los industriales”.
La venta de COAMA marca un punto de inflexión no solo para la empresa, sino también para Queiroz y su familia. “Cuesta mucho porque está el legado familiar”, confesó, aunque aseguró que fue una decisión consensuada entre los 13 accionistas. A pesar de dar un paso al costado, Queiroz no se alejará completamente del sector. “Voy a seguir ligado al sector desde la parte comercial, un sector que me gusta, el cual conozco y que me llevo bien”, explicó.
El futuro de COAMA bajo la dirección de la familia De la Rosa parece prometedor, con planes de aumentar la producción y exportar para aliviar la presión del mercado interno. “La idea es subir producción para poder exportar y hace falta más mano de obra”, concluyó Queiroz, asegurando que la transición garantizará la continuidad laboral de los empleados y podría incluso generar nuevas oportunidades de empleo en la región.
Con 80 años de historia, la familia Queiroz cierra un capítulo significativo en la industria maderera de Misiones, confiando en que la nueva administración llevará a COAMA a nuevos horizontes. “Todo tiene un principio y todo tiene un fin, y hay que saber elegir el momento donde pone el fin y este creemos que es el momento”, finalizó Queiroz.