En la provincia de Misiones, la formación y el trabajo de los ingenieros agrónomos juegan un papel vital en el desarrollo agrícola y económico. Para profundizar en este tema, Radio Up 95.5 dialogó con Mario Alsina, presidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Misiones, durante el ciclo “El País de la Libertad”, y brindó una visión detallada sobre la formación de estos profesionales y su impacto en la región.
En este sentido, Alsina destacó que la formación de ingenieros agrónomos en Misiones ha evolucionado significativamente en las últimas décadas. “La educación agronómica en la provincia se ha adaptado a las necesidades locales, combinando conocimientos técnicos con prácticas en el campo”, explica Alsina.
Las universidades y centros de formación técnica en Misiones ofrecen programas que integran la teoría con la práctica, asegurando que los estudiantes adquieran habilidades relevantes y actualizadas.
Según Alsina, uno de los pilares fundamentales en la formación de los agrónomos es el enfoque en la sostenibilidad. “Nos enfrentamos a desafíos ambientales importantes, y es crucial que los futuros ingenieros agrónomos comprendan y promuevan prácticas agrícolas sostenibles”, comentó. Este enfoque no solo es beneficioso para el medio ambiente, sino que
Por otra parte, el presidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Misiones subrayó que el trabajo de los agrónomos es diverso y multifacético. “Nuestros profesionales están involucrados en todas las etapas de la producción agrícola, desde la planificación y gestión de cultivos hasta la implementación de nuevas tecnologías y técnicas de cultivo”, argumentó Alsina.
Uno de los roles clave de los ingenieros agrónomos en Misiones es la asesoría a los productores locales. “Trabajamos codo a codo con los agricultores, brindándoles orientación sobre el uso de fertilizantes, manejo de plagas y enfermedades, y optimización del riego”, explicó Alsina. Este apoyo técnico es esencial para mejorar los rendimientos y la rentabilidad de las explotaciones agrícolas en la provincia.
Además, mencionó que los ingenieros agrónomos también están involucrados en proyectos de investigación y desarrollo. “Colaboramos con instituciones académicas y centros de investigación para desarrollar nuevas variedades de cultivos y técnicas agrícolas innovadoras”, comenta. Estos proyectos no solo benefician a los agricultores locales, sino que también contribuyen al avance del conocimiento agronómico a nivel global.
A pesar de los avances y logros, Alsina reconoció que existen desafíos significativos. “La falta de infraestructura adecuada y el acceso limitado a tecnologías avanzadas son barreras que debemos superar”, dijo.
Sin embargo, también vio oportunidades en estas dificultades. “La innovación y la colaboración son clave. Al trabajar juntos, podemos encontrar soluciones creativas a los problemas que enfrentamos”, agregó.
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La polémica por el glifosato
Por otro lado, Alsina también abordó la polémica por el uso del glifosato, la cual sumó un nuevo episodio durante la jornada del lunes con la prórroga otorgada por el gobierno provincial de 5 años hasta la prohibición definitiva de su uso en los cultivos misioneros.
En este sentido, señaló que “el glifosato es una herramienta poderosa en la agricultura moderna. Su efectividad para controlar malezas ha permitido a los agricultores mejorar significativamente sus rendimientos y reducir la necesidad de arado, lo cual es beneficioso para la conservación del suelo”.
Sin embargo, Alsina subrayó que el uso de cualquier agroquímico debe ser manejado con responsabilidad y conocimiento.
“Entiendo las inquietudes sobre su posible impacto en la salud humana y el medio ambiente”, dijo. “Es fundamental que su uso esté estrictamente regulado y que los agricultores reciban capacitación adecuada para aplicarlo de manera segura y eficiente”. Además, destacó la importancia de seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias y medioambientales.
En línea con su enfoque en la sostenibilidad, Alsina abogó por la investigación y el desarrollo de alternativas al glifosato. “Estamos explorando opciones más sostenibles y menos perjudiciales para el medio ambiente», comentó. “La agricultura debe evolucionar constantemente, y parte de esa evolución incluye la búsqueda de métodos de control de malezas que sean seguros y efectivos”.
“Debemos considerar tanto los beneficios como los riesgos y trabajar hacia un uso responsable y consciente de este herbicida”, concluyó.