Lo señaló el ingeniero agrónomo y productor yerbatero, Manfredo Seifert, de la localidad de Montecarlo. Señaló que hizo una prueba empírica con macetas y comprobó que los bioherbicidas que está distribuyendo el ministerio del Agro, sin la aprobación del SENASA, son altamente nocivos para la microfauna del suelo y para los insectos.
El ingeniero agrónomo y productor agropecuario Manfredo Seifert, formuló una impactante revelación en base a su experiencia de campo con los bioherbicidas que el gobierno de Misiones está distribuyendo en las chacras, como sustituto del glifosato, en el marco de la ley VIII – N° 103 que prohíbe el empleo de herbicidas y agroinsumos químicos, a partir de julio del 2025. En diálogo con el portal www.radioup.com.ar, Seiffert señaló que en una prueba que realizó con macetas de 30 litros, el Bioherb de la empresa AgroSustentable SA, no sólo mató a las lombrices que residían en el recipiente, sino que directamente, las disolvió en apenas unas pocas horas después de haberlo aplicado.
El socio en la Cooperativa Agrícola Mixta de Montecarlo Ltda., accedió a hablar con este portal sobre lo que descubrió en una prueba empírica simple con los bioherbicidas que está repartiendo el Ministerio del Agro y la Producción de Misiones, sin el aval del SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) Y recalcó que se debe investigar en profundidad los efectos y contraindicaciones de estos bioinsumos de los que, como mínimo, se puede inferir que son venenosos para la microfauna del suelo y para los insectos.
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El gerente de producción en Cooperativa Agrícola Mixta de Montecarlo Ltda., accedió a hablar con este portal sobre lo que descubrió en una prueba empírica simple con los bioherbicidas que está repartiendo el Ministerio del Agro y la Producción de Misiones, sin el aval del SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) Y recalcó que se debe investigar en profundidad los efectos y contraindicaciones de estos bioinsumos de los que, como mínimo, se puede inferir que son venenosos para la microfauna del suelo y para los insectos.
Consultado al respecto de su experiencia con los bioinsumos que promueve el ministerio del Agro, sin aprobación del SENASA, Seifert comentó que los inició el año pasado, cuando se sancionó la ley de promoción de los bioinsumos, más conocida por prohibir el uso de glifosato y otros herbicidas químicos. “El año pasado, cuando se anuncia en el mes de abril, mayo, había un proyecto de prohibir el glifosato, de forma simultánea en los medios se publicó que la provincia tenía desarrollado un bioherbicida, (con) cual todos quedamos muy sorprendidos de haber logrado un producto de esta naturaleza”, contó Seifert.
“Soy productor, y fui durante 27 años, asesor técnico en una cooperativa. Mi formación es ingeniero agrónomo y siempre he asesorado a los productores en esta materia, en el tema de los fitosanitarios. Cuando escuchamos esta novedad del nuevo bioherbicida, por supuesto que queríamos probarlo. La provincia nos entregó un par de pallets a la cooperativa y, nosotros, como productores, el que quería podía retirarlo y probarlo. Por supuesto que yo lo hice. Todos dijimos: ‘tenemos, en la provincia se desarrolló un producto en el que no existe en el mundo’. Entonces, la verdad que estábamos con mucha expectativa”, subrayó Seifert, confirmando que el Ministerio del Agro y la Producción, que preside Facundo López Sartori, repartió los bioherbicidas.
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“Llevé a mi chacra (el bioherbicida) y le pedí a mi secretario que lo aplique en función de las recomendaciones técnicas, que hay que aplicarlo al treinta por ciento. Eso me llamó la atención, porque la tendencia a los fitosanitarios es usar cada día dosis más bajas, entonces los productos son más efectivos. Hoy, por ejemplo, el nuevo producto que aparentemente va a sustituir al glifosato, que presentó hace poco en la Argentina, de un laboratorio japonés, se va a usar a 200 centímetros cúbicos por hectárea”, detalló Seifert.
“En el glifosato nosotros usamos un kilo y medio por hectárea, ¿no? Y la recomendación técnica de este bioherbicida es que teníamos que usar al 30 por ciento (30%), es decir, teníamos que usar treinta litros del producto concentrado por hectárea”, añadió Seifert, recordando que el ministro del agro y el presidente del IMAC (exIFAI) Roque Gervasoni, señalaron que los bioherbicidas tienen que aplicarse cada 15 días.
En consecuencia, en el verano, “cada quince días aplican este producto a treinta litros, y tenemos cinco meses estivales donde crecen mucho la maleza, serían como diez aplicaciones, es decir, 60 litros por hectárea. Serían 600 litros de principio activo por hectárea (en todo el verano) Es totalmente en contramano de lo que es la tendencia de los fitosanitarios en el mundo, donde se te trata de mitigar todos los efectos nocivos que puede haber sobre el medio ambiente buscando dosis muy pequeñas. Acá es totalmente lo contrario”, aclaró Seifert sobre el nuevo producto promovido por el gobierno provincial, en acuerdo con la empresa AgroSustentable instalada en la biofábrica de Posadas.
“Le dije a mi secretario para que lo que lo aplique y cuando volví a la chacra, me dijo, ‘nunca más me atraigas este producto.’ Y me hizo una observación, me dijo, ‘mirá, lo que observé es de que los insectos se volteaban (mueren), las langostas, había unas abejas, moscas, orugas, todo eso lo mataban’. ‘Me trajiste un insecticida, no, me trajiste un herbicida’”, sostuvo este encargado a Seifert, según confió el agrónomo.
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Días más tarde, según Seifert, el secretario le advirtió que habían desaparecido las lombrices que habitualmente se encontraban en el suelo de la chacra rociada con bioherbicidas. “Entonces, hice una prueba con dos macetas. Yo no soy investigador –aclaró Siefert–, simplemente hice una prueba donde tomé dos macetas. Las llené de lombrices californianas, y en una maceta la pulvericé con glifosato al 1,5 por ciento, como es la recomendación técnica, y al otro lo pulvericé al 30 por ciento con el bioherbicida”, precisó el ingeniero.
“A las cuarenta y ocho horas voy a observar qué pasó. Y resulta que empecé con una palita de remover la maceta, por una maceta de 10 litros, más o menos, a remover la tierra y no observaba ni una lombriz. Bueno, pensé ‘se fueron al fondo’. Entonces, di vuelta la maceta y no encontré ninguna, pero si no se pueden escapar. Hice lo mismo con la con el glifosato y las lombrices estaban vivas. Entonces seguí observando. Porque yo no tengo mayor capacidad (técnica), no tengo más que la observación (empírica) Veo y me doy cuenta que la consistencia de la tierra era barrosa. Y uno le llega a la conclusión que el producto desintegró a las lombrices, la hizo barro. No, no es que las mató, las hizo barro, las descompuso totalmente”, advirtió Seifert.
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Dejando en claro que él no es investigador, Siefrt recalcó que “simplemente hizo como técnico, como productor, esta pruebita”, dijo el productor, añadiendo que con ese antecedente, decidió no utilizar los bioherbicidas en su chacra. “Imaginate tirar esa cantidad de caldo por hectárea que produce ese efecto sobre el suelo, ¿no? Y, como bien sabemos, el suelo tiene una vida tremenda. Si nosotros matamos a los microorganismos del suelo por un producto de esa naturaleza, estamos herrando el guachazo”, graficó Seifert. “A todo eso lo que se le cruza en el momento, lo liquida. Entonces, partir de ahí no lo usé más, lo tengo ahí en un galpón al producto y no sé qué hacer con el producto”, acotó el productor.
“La verdad que estoy con mucho miedo y bueno, y lo que nosotros como técnicos y como como entidades gremiales siempre lo que hemos pedido es que se investigue. Que realmente se haga un trabajo de investigación como corresponde con todo el protocolo que exige el SENASA para ver todos los pros y los contras del producto. Y cuáles son los defectos residuales que tiene. Y como técnico, tengo que recomendar a un productor para controlar las malezas y resulta que voy a voy a generar todo ese daño restante sobre el ambiente”, enfatizó el agrónomo.
En esa línea, Seifert destacó que “los productos (agropecuarios) son muy específicos, todos los fitosanitario son específicos para tal o cual cosa, para no afectar el resto, y hoy acá estamos yendo totalmente a contra mano. Entonces, creo que la provincia tiene que reformular esto. Me parece que debería retirar el producto, hacer trabajo de investigación si realmente pretenden encuadrarse dentro de las normativas nacionales. Y esperar hasta que se compruebe realmente su efectividad y sus consecuencias”, argumentó Seifert, poniendo de relieve que los bioherbicidas que no están aprobados por el Senasa y tiene potenciales efectos nocivos sobre la microfauna, pueden llegar a las napas de agua y contaminar arroyos y nacientes.
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Consultado sobre el papel del SENASA en este contexto, en el que la provincia distribuye un producto no homologado por el organismo nacional, con un permiso provisional del ministerio del Agro, Seifert explicó: “tengo entendido que, cualquier producto para comercializarlo en el país, debe estar registrado en el SENASA, para lo cual el SENASA, le solicita al fabricante de ese producto, de ese bioinsumo, un protocolo de investigación para para ver todos los aspectos de ese de ese producto que se quiere comercializar. Todos los productos tienen, por ejemplo, establecido bien claro cuáles son las dosis letales, la dosis letal térmica, la dosis letal, como es de por ingestión, por inhalación, todos los productos tienen establecido esta estos parámetros, si son de banda verde, si son de banda amarilla, azul, o roja”, acotó el productor agropecuario.
“Hay un montón de aspectos que se investigan y después queda en el membrete o la hoja de seguridad del producto. Este es el paso que no se está haciendo con este producto. Se está entregando al productor sin tener, estas pruebas hechas en laboratorio, como para decir, estos son los aspectos que hay que cuidar, estos son los aspectos positivos del producto. Así que es un tema muy complejo y hay pasos que se obviaron. Y directamente hoy tenemos que considerarlo que es un producto ilegal que está en la en la calle, que los productores lo están utilizando”, subrayó Seifert, admitiendo que la situación es más grave porque el propio gobierno está distribuyendo un herbicida no aprobado por el SENASA.
“Estamos transgrediendo las normas establecidas en una sociedad organizada como las que pretendemos ser. Es como la ley de la selva, y cada uno hace lo que quiere. Y, entonces, porque tengo poder, puedo hacerlo. Yo creo que hay que ser un poco mucho más cuidadoso, creo que hay mucha ignorancia, mucha prepotencia, mucha imposición”, lanzó Seifert en obvia referencia al gobierno provincial, que promueve un producto no regulado y prohíbe otro que está permitido por el SENASA.
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En tono crítico, y quizás con una cuota de pesimismo, Seifert consideró que la provincia no va a volver sobre sus pasos en lo que refiere a esta apuesta por los bioherbicidas de AgroSustentable, teniendo en cuenta que la ley que beneficia a la empresa, se aprobó sin debatir con los productores. “Hay mucha mediocridad, disculpame que uso de término, porque no fuimos convocados quienes entendemos del tema para dar nuestro punto de vista al momento de discutir la ley. Nosotros formalmente pedimos a la Cámara (de Representantes), a todos los diputados, al presidente de la cámara que fue (Carlos) Rovira en ese momento, para poder tener participación en la reunión de comisión. Esas reuniones de comisión, lamentablemente, nunca existieron. Como dicen los diputados de la oposición, esto se firmó al libro cerrado y así estamos”, denunció Seifert.
La prohibición del glifosato, que entra en vigencia plena con la ley VIII – N° 103 a partir de julio, “es un pocola consecuencia de la mediocridad. Tienen poder y pretenden hacer lo que lo que hicieron”, fustigó.
Respecto de si el ministerio del agro puede desconocer las evidentes violaciones a las normas que se están consumando con el reparto de los bioherbicidas, Seifert fue contundente: “El equipo técnico del ministerio tiene bien claro, sabe que se está infringiendo la ley. Pero todos quienes nos gobiernan, las cabezas de los del ministerio y de la Cámara de Diputados, y el gobernador (Hugo Passalacqua), no son técnicos, son gente que no sabe del tema. Entonces, pretenden o creen que, como tienen poder, pueden hacer lo que quieren. Esto es lo grave. Cuando hay, este desconocimiento, esta mediocridad y con poder”, reflexionó el agrónomo.
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“Si se llegan a dar cuenta que algo está mal, no enderezan su postura. Eso es una cosa natural, eso cualquier psicólogo le va le va a decir. Refuerzan su error refuerzan, refuerza su postura para para, justificar su error. Pero esa es una cosa normal que ocurra y esto es lo que está ocurriendo hoy”, sentenció el productor.
En cuanto a la posición de los productores misioneros, que fueron a la justicia para impugnar la norma que prohíbe el glifosato en Misiones, Seifert planteó: “Nosotros esperamos que den marcha atrás hasta tanto no se tenga un sustituto al glifosato, que es una herramienta de trabajo tan útil que le dio sustentabilidad productiva al sector agropecuario en la provincia Misiones, que tenemos malezas tan agresivas. Hasta que se descubra algo que lo pueda reemplazar”, sostuvo.
Asimismo, Seifert desmintió la postura del exgobernador y actual presidente de la Legislatura, el Dr. Oscar Herrera Ahuad, que realizó una encendida defensa de la ley de Rovira. “El exvicegobernador Herrera Ahuad, se jacta hablando en los medios, diciendo, ‘no me interesa un carajo, que es lo que dicen los productores’. Él es médico, y sabe muy bien que en la estadística de la provincia de salud pública, no debe de haber ni un intoxicado por glifosato. En mis cuarenta años de profesión nunca he escuchado a alguien que se intoxicó un glifosato. Todo lo que las intoxicaciones que ha habido y los problemas que son por otros productos, no por el glifosato”, remató Seifert.