Finalmente y, muy a pesar de sus detractores, el primer presidente Libertario de Argentina y del mundo, Javier Milei, cumplió los seis meses de mandato presidencial.
Es real que el libertario ha caminado durante esta primera etapa al frente del Poder Ejecutivo Nacional a paso firme, intentando cumplir con aquello que había promedito durante la campaña presidencial del 2023. Entre otras cosas aquellas promesas de concretar un “fenomenal y feroz ajuste sobre el gasto público” podría considerarse como la joya que saca a relucir cada vez que puede el máximo mandatario nacional.
También es verdad, que de esos recortes presupuestarios prometidos, los que están siendo víctimas son los sectores más vulnerables de todo el territorio argentino, muchos de ellos, se encuentran masticando bronca, tal vez porque nunca imaginaron que el “esfuerzo” sería tan complejo y complicado de afrontar debido a los exorbitantes incrementos de todo tipo que se han plasmado desde el minuto cero del arribo de Milei.
Solo por citar algunos tenemos que mencionar el aumento de los bienes y servicios luz gas, agua y a esto hay que sumarle entre otras cosas, la pérdida del poder adquisitivo y el elevado costo de la canasta básica alimentaria que mes a mes queda más lejos de poder ser costeada por los asalariados.
El último dato que proporcionó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) aseguró que la Canasta Básica Alimentaria (CBA) una familia tipo conformada por dos personas adultas y dos menores de edad necesitó percibir ingresos por $ 851.351 para no ser considerada en situación de pobreza.
También hay que remarcar que casi la totalidad de las 24 provincias que conforman el suelo argentino han sufrido todo tipo de recortes de los fondos provenientes del Estado Nacional. Entre otras cosas, Nación achicó casi un 84 por ciento las transferencias discrecionales durante el primer cuatrimestre del mandato libertario.
Dos consultoras especializadas en finanzas provinciales midieron cuál fue el alcance de la famosa “motosierra” sobre el capítulo del gasto que hace referencia a las transferencias no automáticas desde Nación hacia los gobernadores. La consultora Politikón Chaco estimó que las transferencias no automáticas totalizaron $68.160 millones, lo que implica una caída en términos reales del 81,8 por ciento. Mientras que la consultora que dirige Alejandro Pegoraro calculó que sumaron en total $276.324 millones en etapa devengada y $144.438 millones en etapa pagada. Estas cifras equivalen a una baja real de -76,7% y -84,2% respectivamente”, sentenció.
Por todo lo expuesto, los argentinos y, más que nada los gobernadores se encuentra en “en la dulce espera”, aguardando que el segundo semestre sea algo más piadoso, que no continúe infundiendo tanto temor y desánimo entre las familias argentinas, ya que estás ultimas pretenden llegar a fines del 2024, con mayor esperanza y credulidad que lo votado es el camino para dejar atrás la década ganada para unos pocos. Hasta el momento, los números exponen una realidad social que transpira sudor y lágrimas.