Lo explicó el abogado y magíster en Derecho Administrativo Juan Carbajales, quien resaltó que a partir del 4 año, las empresas que inviertan en proyectos de más de U$S 200 millones no deberán liquidar divisas en el BCRA.
El Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones (RIGI), modificado parcialmente en el Senado de la Nación en el marco del debate y sanción de la Ley Bases, permitirá a los inversionistas, liquidar divisas en el exterior a partir del cuarto año del desarrollo de los proyectos de más de U$S 200 millones, lo que implica que las ganancias obtenidas no representarán ingresos en dólares para el país, según se desprende de la explicación que hizo este viernes el abogado Juan Carbajales, de la Consultora Paspartú.
En diálogo con el programa “El País de la Libertad”, Carbajales puso de relieve que el proyecto del RIGI que impulsa el gobierno liberal-libertario, va en contra de las ideas que sostiene el actual oficialismo respecto del desarrollo económico, que según la lógica de LLA, debe darse sin ninguna intervención estatal.
El RIGI “es un régimen de incentivo de actividades a través de acciones concretas del Estado. Es un Estado interventor, un Estado activo que decide promover inversiones de gran envergadura en áreas estratégicas. Señalo esto porque no va tan de la mano con el modelo libertario, que dice que el privado lleva adelante una iniciativa sus propios términos económicos. Bueno, acá el Estado decide dar una ayuda a través de diferentes tipos de herramientas como exenciones fiscales, como estabilidad tributaria, aduanera, cambiaria, y lo hace por un plazo largo, de 30 años. Ese es el modelo”, subrayó el abogado de la consultora Paspartú.
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Fotos: Sofia Areco / Comunicación Senado.-
En tanto, Carbajales resaltó que el proyecto oficialista del RIGI fue modificado en el Senado, aunque es un hecho que La Libertad Avanza insistirá con la iniciativa original, aprobada en Diputados. “Cuando llega ahora al recinto, primer al plenario de comisiones y después al recinto del Senado, básicamente se le observaban dos aspectos a este régimen, por un lugar que daba beneficios excesivos y por otro lado que no tenía ninguna medida que protegiera al entramado productivo de pymes, empresas de servicios, proveedoras locales, etcétera”, comentó el abogado.
“De estas dos cuestiones se modificó la segunda de manera parcial. Se introdujeron cambios para que al menos un 20% sea de provisión local, de esa inversión a lo largo de la fase de construcción y operación de los proyectos. O sea, no es un cambio radical, pero se escuchó esa campana”, completó Carbajales y añadió: “en cuanto a los beneficios, no hubo grandes modificaciones.”
En esta línea, el experto insistió en que los grandes capitales que inviertan en proyectos de más de U$S 200 millones podrán llevarse las utilidades en dólares fuera del país, a partir del cuarto año de iniciada la inversión. “Quienes promueven este régimen dicen que es necesario porque son grandes inversiones que se van amortizando en el tiempo, son capital intensivo y después se maduran con el tiempo. Hay un cambio en cuanto a la disponibilidad de divisas producto de las exportaciones, pero bueno a partir del cuarto año sigue siendo el 100% de las divisas que pueden quedar en el exterior y no liquidarse al Banco Central”.
“Pensemos en petróleo, minería, ahora se agregaron algunos otros sectores como turismo, bueno estaba la industria obviamente, entonces se hacen exportaciones de largo plazo. La inversión inicial sí queda acá, pero después el producto de las exportaciones no. Entonces, ese era un tema que se pretendía modificar, por lo menos la oposición, pero no se lograron los votos para hacerlo”, comentó el abogado a este medio, sobre alguno de los detalles más controversiales del proyecto impulsado por el oficialismo.
En cuanto a los beneficios impositivos establecidos por el RIGI, Carbajales detalló: “por un lado, es una reducción de 10 puntos del impuesto a las ganancias, del 35% al 25%. Después es la eliminación de los derechos de exportación, las famosas retenciones a partir del tercer año. Y después una serie de sistemas como amortización acelerada, de IVA, cuestiones que a veces son típicas de los sistemas promocionales, pero aquí lo llamativo es que se da todo junto. Y la estabilidad fiscal por 30 años, es decir que no te puedo alterar las condiciones iniciales cuando se adhiere al régimen por ese plazo de 3 décadas”, describió el abogado.
En cuanto a las motivaciones del gobierno para impulsar este régimen, Carbajales explicó que las “grandes obras de infraestructura que requieren un financiamiento que es complejo para una economía como la Argentina con un costo de capital alto. Entonces, la industria dice, necesito este tipo de estímulos para que esos proyectos sean rentables a largo plazo. Y el deseo del gobierno es que ingresen inversión extranjera directa para estos proyectos. Veremos si eso sucede”, acotó el magíster, que se mostró escéptico respecto de si las inversiones que podrían llegar, dinamizarían la economía del país, generando más puestos de trabajo.
“Si Argentina exporta, aumenta la masa de exportaciones, siempre eso redunda, entre otras cosas, en la estabilidad de la moneda, si ingresan dólares. Entonces yo creo que los primeros años puede tener un efecto positivo. Y ahí estará también el expertisse, el arte del gobierno de poder trasladar esos beneficios al resto de la economía. Porque estos (los beneficiados por el RIGI) van a ser sectores específicos. Después habrá que ver cómo eso incide, en las condiciones macroeconómicas que todos conocemos, en la inflación, en los niveles de ingresos, etcétera”, concluyó el experto.