El Papa Francisco anima a los fieles a aprender del desapego y la indiferencia de Jesús hacia el dinero, el poder y la superficialidad. “Solo el amor nos hace libres” manifestó Francisco Bergoglio en el Ángelus del domingo.
¿Eres libre, como lo fue Jesús, o estás aprisionado por lo superficial?, esta es la pregunta que el Santo Padre llamó a reflexionar a los peregrinos de todo el mundo -congregados en la Plaza de San Pedro para el rezo del Ángelus dominical. Francisco los instó a deshacerse de todo lo que les impide acercarse a Dios.
El Santo Padre se inspiró en la lectura del Evangelio del domingo, de San Marcos, que narra el inicio de la obra pública de Jesús. Aunque la gente se agolpaba a su alrededor, también hubo resistencia, incluso su propia familia se opuso. Temían que se hubiera vuelto loco y querían impedirle hacer una proclama tan sensacional para su propia protección. Y los escribas incluso lo acusaron de que sus acciones estaban controladas por el mismo diablo.
“En realidad, Jesús predicó y sanó con el poder del Espíritu Santo”, dijo Francisco. “Y fue precisamente el Espíritu lo que lo hizo libre: es decir, le permitió amar y servir sin medida ni condicionamiento”.
“Hagamos una pausa por un momento”, dijo el Papa, “para contemplar esta libertad de Jesús”.
En primer lugar, dijo el Papa, Jesús era libre en relación con la riqueza y, por tanto, abandonó la seguridad de su pueblo de Nazaret para abrazar una vida pobre e incierta. El Señor, continuó, sanaba gratuitamente a los enfermos y a cuantos acudían a pedirle ayuda, “sin pedir nunca nada a cambio.
El Papa Francisco anima a los fieles a aprender del desapego y la indiferencia de Jesús hacia el dinero, el poder y la superficialidad.
¿Eres libre, como lo fue Jesús, o estás aprisionado por lo superficial?, esta es la pregunta que el Santo Padre llamó a reflexionar a los peregrinos de todo el mundo -congregados en la Plaza de San Pedro para el rezo del Ángelus dominical. Francisco los instó a deshacerse de todo lo que les impide acercarse a Dios.
El Santo Padre se inspiró en la lectura del Evangelio del domingo, de San Marcos, que narra el inicio de la obra pública de Jesús. Aunque la gente se agolpaba a su alrededor, también hubo resistencia, incluso su propia familia se opuso. Temían que se hubiera vuelto loco y querían impedirle hacer una proclama tan sensacional para su propia protección. Y los escribas incluso lo acusaron de que sus acciones estaban controladas por el mismo diablo.
“En realidad, Jesús predicó y sanó con el poder del Espíritu Santo”, dijo Francisco. “Y fue precisamente el Espíritu lo que lo hizo libre: es decir, le permitió amar y servir sin medida ni condicionamiento”.
“Hagamos una pausa por un momento”, dijo el Papa, “para contemplar esta libertad de Jesús”.
En primer lugar, dijo el Papa, Jesús era libre en relación con la riqueza y, por tanto, abandonó la seguridad de su pueblo de Nazaret para abrazar una vida pobre e incierta. El Señor, continuó, sanaba gratuitamente a los enfermos y a cuantos acudían a pedirle ayuda, “sin pedir nunca nada a cambio”.
(Fuente: Aica)