El Senado de la Nación convocó oficialmente a sesionar por la Ley Bases y el paquete fiscal el miércoles 12 de junio a las 10 horas. El anuncio se realizó a través de un documento emitido por la propia Cámara Alta.
La noticia se conoce en el marco de las negociaciones y escenarios que se piensan en el recinto para las votaciones de ambas iniciativas. En ese contexto, el oficialismo encendió las alarmas en las últimas horas por un panorama delicado en Diputados: La Libertad Avanza teme que las derrotas casi aseguradas en algunos artículos no puedan ser revertidas en la Cámara baja, ante un regreso en segunda revisión de las iniciativas.
En las últimas 48 horas, funcionarios del Gobierno asistieron al Senado para finalizar el punteo
Durante el transcurso de esta semana, algunos senadores sugirieron más cambios al oficialismo, una puerta por ahora descartada desde el Ejecutivo. La idea del Gobierno es ir a votar con los dictámenes obtenidos días atrás y apostar a revertir las derrotas en Diputados.
“Nosotros abrimos la negociación en el Senado, nos juntamos con todos y muchas cosas que no se pudieron cambiar en Diputados, se modificaron acá. Mucho más no podemos hacer. En Diputados, varios nos prestaron los votos para destrabar una discusión muy demorada allá. La cuestión es que, si seguimos peleándonos, con razón o no, con los que nos tienen que dar de nuevo las adhesiones para revertir lo que se pueda perder acá, se nos va a complicar. Y ya hay varios que nos lo dijeron”, reconocieron a Infobae desde un despacho libertario en el Congreso.
En el Senado todavía resta la presentación del dictamen propio que prometió el radical y titular del centenario partido, Martín Lousteau, quien celebró lo ocurrido en Diputados con la nueva ley previsional. En una situación parecida se encuentra el Frente de Todos, aunque ambos no están obligados a formalizar despachos de minoría.
El interbloque que comanda José Mayans analiza una jugada de pinzas para el recinto: apoyar algunos artículos para obtener los dos tercios y bloquear, de esa manera, la posibilidad de insistir con las versiones originales en caso de que las iniciativas regresen en segunda revisión a Diputados. Ahora se suma una tensión extra, con dialoguistas que no están dispuestos a repetir su voto y la lupa sobre temas críticos de los proyectos, como las facultades delegadas y las privatizaciones.