En varias ocasiones caemos en el error de pensar que las palabras nación y país son sinónimos, cuando en realidad tienen significados diferentes. Mientras que país se utiliza para nombrar a un territorio determinado que cuenta con una organización cuyo eje organizador es el Estado, cuando hablamos de Nación hablamos de pertenencia, de un conjunto de costumbres, de hábitos, inclusive de una lengua en común, nación es sinónimo de pertenencia, mientras país es sinónimo de orden. Podemos hablar de una nación gitana o una nación judía (antes de que exista un Estado de Israel). Casi siempre sucede que antes de conformarse o establecerse como país, existe la idea de Nación, esto mismo le sucedió a Catalunya.
Desde el período de las invasiones del imperio romano, el territorio que hoy se conoce como catalán ya era contaba con pobladores que compartían costumbres, así como también compartían un sentido de pertenencia ya que contaban con una tierra propia. Eso sufrió un drástico cambio a partir de las invasiones romanas, que a su vez se vieron obligadas a establecerse en dicho territorio para detener a los cartaginenses comandados por el temible genio militar, Aníbal. Dicha invasión romana se expandió a todo el territorio, a la cual denominaron Hispania.
Pero siguiendo la frase “no hay mal que por bien no venga”, el asentamiento de los romanos en dicho territorio trajo aparejado al idioma que daría nacimiento al castellano en primer orden y al que hoy se conoce como catalán (así es lectores, en catalán se habla otro idioma totalmente diferente al castellano), el idioma hoy casi extinto que conocemos como latín, la lengua hablada por siglos y que pronto después la iglesia católica utilizaría durante las misas. Mucho más adelante, ya en el siglo XII, se produciría la unión del condado de Barcelona y el reino de Aragón, conformando así la corona de Aragón, más allá de los futuros conflictos bélicos, y los constantes idas y vueltas en lo que a disputa territorial se refiere, este fue el comienzo de la unión entre Catalunya y lo que luego conoceremos como España.
Sin embargo, la gran mayoría de los catalanes nunca se sintieron parte de España y siempre han intentado cumplir su gran proeza de ser un territorio independiente y soberano, su sentido de pertenencia siempre fue muy fuerte. Con sus propias costumbres, su propio idioma y su propia forma de gobierno autónomo, es muy difícil o casi imposible lograr que el catalán promedio se considere español, ni hablar de las instituciones educativas, que en su gran mayoría dictan sus clases en catalán.
Pero existe un gran inconveniente, el gobierno central español jamás permitirá que dicha independencia se lleve a cabo, no solamente por el simbolismo de lo que significaría una ruptura en la geografía española, sino que la significancia política y económica que esto generaría sería de una relevancia muy fuerte. En lo político (véase mi columna “madre patria, madre de malos hábitos”), el gobierno comandado por Pedro Sánchez se encuentra en la cuerda floja, ya en las últimos elecciones tuvo que justamente acudir a las fuerzas políticas catalanas para poder formar un gobierno, no sin antes haberse comprometido y prometido todo tipo de concesiones, una de ellas fue la de permitir a Carles Puidgemont (ex presidente de la Generalidad de la comunidad autónoma de Catalunya condenado por sedición, corrupción y malversación de fondos) exiliado y que actualmente se encuentra viviendo en Bélgica. Cabe aclarar que Carles Puidgemont fue condenado en el 2018 al ser el presidente de la Generalidad cuando se llevó a cabo el ultimo referéndum o consulta popular en la cual se le dio la oportunidad a los catalanes de votar por el SI o por el NO sobre su independencia. Como era de esperarse, ganó por abrumadora diferencia el SI, asi como también era de esperarse el inmediato desconocimiento del referéndum por parte del gobierno central español, en aquel entonces comandado por el presidente Mariano Rajoy (Partido Popular).
Históricamente, en cuanto a lo que a las elecciones se refiere, Catalunya por lo general votaba a quienes representen el espíritu independentista, sin embargo, en estas elecciones han perdido la mayoría absoluta a manos del PSC (Partido de los Socialistas de Catalunya). Cabe mencionar que en Catalunya actualmente conviven 10 partidos políticos, esto según los estudiosos de la Ciencia política se denomina “sistema multipartidista”. Los partidos son: Ciudadanos (Centroderecha), Junts Per Catalunya (Centroderecha), Esquerra Republicana (Izquierda), PSC (Partido de los Socialistas de Catalunya) (Izquierda), En Común Podem (Ultraizquierda), CUP (Candidatura de Unidad Popular) (Extrema Izquierda), VOX (Extrema Derecha), PP (Partido Popular Cataluña) (Centroderecha), Alianca catalana (Extrema Derecha), PACMA (Partido Animalista con el Medio Ambiente) (Izquierda Política).
A resumidas cuentas, la actualidad política catalana no escapa de la realidad española, y los problemas políticos por los que se encuentra atravesando de ahora en mas se agudizarán ya que la nueva mayoría no cuenta con las aspiraciones independentistas con las que venia contando hasta el momento. Solo resta decir que el sueño de una Catalunya independiente esta mas lejos que de costumbre, pero, sin embargo, nada es imposible y como dice el dicho, la esperanza es lo último que se pierde.